El cálculo detrás de los aranceles de Trump: una fórmula matemática cuestionada

En abril de 2025, el entonces expresidente Donald Trump reveló una fórmula matemática para determinar los aranceles que Estados Unidos impondría a sus socios comerciales. Esta fórmula tomaba el déficit comercial bilateral de bienes con cada país y lo dividía por el total de importaciones de ese mismo país, para luego reducir a la mitad el resultado y fijar la tasa arancelaria final. Un procedimiento que, en apariencia, buscaba ser una respuesta técnica a un problema político y económico, pero que pronto se volvió objeto de críticas y debates profundos.

El origen de esta fórmula radica en la intención declarada de Trump de eliminar el déficit comercial estadounidense, que considera un síntoma de injusticias en el comercio mundial. Desde su perspectiva, otros países inundan el mercado estadounidense con productos baratos, mientras mantienen barreras que dificultan las exportaciones estadounidenses, afectando la industria y el empleo local.

"La fórmula es ingeniería inversa para racionalizar el cobro de aranceles a países con los que Estados Unidos tiene déficit comercial. No hay ninguna razón económica para hacerlo y costará caro a la economía mundial", señaló Thomas Sampson, académico de la London School of Economics.

Perspectivas encontradas

Desde el ala política más conservadora y proteccionista estadounidense, la fórmula fue celebrada como un instrumento para defender la soberanía económica y reactivar sectores productivos nacionales. Sin embargo, economistas y analistas internacionales han cuestionado su validez técnica y sus efectos reales.

James Surowiecki, periodista especializado en economía, calificó el método como "un tremendo disparate" y "estúpido y tramposo", al evidenciar que el cálculo no considera el comercio de servicios, donde Estados Unidos tiene un superávit significativo, ni las complejidades del comercio global.

En el plano internacional, más de 100 países han visto afectadas sus exportaciones por estos aranceles, incluso algunos con los que Estados Unidos no tiene déficit, como el Reino Unido, que recibió un arancel del 10%. Esto ha generado tensiones diplomáticas y cuestionamientos sobre la reciprocidad y la equidad del sistema.

Consecuencias visibles y lecciones

A ocho meses de la implementación de esta fórmula, se observa que aunque algunos déficits bilaterales se han reducido, el déficit comercial global de Estados Unidos permanece prácticamente intacto. Esto se debe a factores estructurales, como el elevado consumo e inversión interna estadounidense que genera un desequilibrio persistente.

Además, la medida ha provocado distorsiones en las cadenas globales de valor, incrementando costos para consumidores y empresas, y tensionando relaciones comerciales clave.

El debate que se ha desplegado alrededor de esta fórmula va más allá de una simple operación matemática: pone en escena la compleja interacción entre política, economía y diplomacia en un mundo globalizado. La fórmula de Trump, lejos de ser un mecanismo técnico neutral, se revela como una herramienta política con consecuencias profundas y aún no del todo resueltas.

Este episodio invita a reflexionar sobre cómo las soluciones simplistas a problemas complejos pueden generar efectos inesperados y prolongados, y sobre la importancia de considerar múltiples dimensiones y voces antes de aplicar medidas que impactan a millones de personas y economías enteras.

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Fuentes consultadas: BBC Verify, declaraciones de economistas Thomas Sampson (LSE), Jonathan Portes (King's College), y periodistas especializados en economía.