
Bruce Springsteen, a sus 32 años y en la cima de su carrera, tomó una decisión que desafió todos los cánones del éxito musical. En enero de 1982, en la intimidad de su habitación en Colts Neck, Nueva Jersey, el músico grabó una serie de canciones en bruto, con una grabadora casera de cuatro pistas, que luego se convertirían en el emblemático álbum _Nebraska_.
Este trabajo, marcado por su austeridad sonora y el peso de sus relatos, se apartó radicalmente del rock energético y expansivo que Springsteen había cultivado con la E Street Band. En septiembre de 1982, pese a la resistencia de la discográfica CBS, el álbum fue publicado tal cual, sin pulir ni adornos, y alcanzó un meritorio tercer lugar en las listas de ventas de Estados Unidos.
La génesis de _Nebraska_ es tan dolorosa como fascinante. Tras una agotadora gira con _The River_ (1980), Springsteen atravesaba un momento de crisis personal y emocional. “Me topé con un muro personal que ni siquiera sabía que existía”, confesó años después. En ese estado, la historia de Charles Starkweather, un asesino serial de Nebraska, le impactó profundamente y se convirtió en el disparador creativo para la canción que da nombre al disco.
En un giro dramático, Springsteen se puso en la piel del asesino, narrando con voz desnuda y sin filtros la historia de aislamiento y desesperanza. “Nebraska habla del aislamiento en Estados Unidos. ¿Qué le pasa a una persona cuando se siente excluida de sus amigos, de su comunidad, de su gobierno o de su trabajo?” explicó el músico.
Desde entonces, el álbum se ha convertido en un referente del rock folk, una obra que abraza la tragedia humana sin buscar redención fácil. El crítico Elliott Murphy, contemporáneo y amigo de Springsteen, señaló que _Nebraska_ es “Bruce Springsteen en su momento más desoladoramente hermoso”.
La historia detrás de este álbum ha sido recogida en el libro _Deliver Me From Nowhere_ (2023), de Warren Zanes, y ahora en la película _Deliver Me From Nowhere_, dirigida por Scott Cooper y protagonizada por Jeremy Allen White, conocido por _The Bear_. La cinta, estrenada en Chile el 30 de octubre pasado, ofrece una mirada íntima a aquel momento crucial en la vida del “Jefe”, lejos de la grandilocuencia y los clichés de las biografías musicales tradicionales.
En la pantalla, White encarna a un Springsteen vulnerable, enfrentando sus demonios personales, la relación tormentosa con su padre y la búsqueda de sentido tras el agotamiento de la fama. El filme no sólo retrata la creación del álbum, sino que expone la fragilidad humana detrás de la leyenda.
Diversas voces coinciden en que _Nebraska_ no sólo alteró el rumbo de la carrera de Springsteen, sino que también abrió un espacio para que la música popular explore las sombras del alma con honestidad y crudeza. Sin embargo, también generó tensiones: la discográfica temía que su tono sombrío y ausencia de hits comerciales afectara las ventas y la imagen del artista.
En el ámbito político, Springsteen ha sido un referente crítico y comprometido. En 2024, por ejemplo, no dudó en criticar públicamente a Donald Trump, calificándolo de “tirano”, y apoyó activamente a candidatos demócratas en Estados Unidos, mostrando que su música y postura van más allá del arte para incidir en la esfera pública.
Desde la publicación de _Nebraska_, Springsteen ha seguido explorando múltiples facetas musicales y sociales, incluso anunciando en 2025 la publicación de siete álbumes inéditos con material grabado entre 1983 y 2018, lo que confirma su incansable espíritu creativo.
Finalmente, la historia de _Nebraska_ y su plasmación en la película _Deliver Me From Nowhere_ nos invitan a reflexionar sobre el precio de la autenticidad artística, el valor de la introspección y el poder de la música para narrar las tragedias cotidianas sin artificios.
Así, Bruce Springsteen no solo desafió al éxito, sino que también redefinió lo que significa ser un artista comprometido con la verdad, por dura que esta sea.