China fortalece su presencia comercial en Chile: Más allá de la exposición, un replanteo estratégico

Un puente que no solo conecta, sino que también interpela.

El 7 de abril de 2025 se realizó en Santiago la Tercera Exposición sobre Cadena de Suministro de China (CISCE), bajo el lema "Conectar el mundo para un futuro compartido". Este evento, organizado por el Consejo Chino para la Promoción del Comercio Internacional (CCPIT), reunió a actores clave del comercio y la industria, con la presencia destacada del vicepresidente Chen Jianan y el embajador Niu Qingbao.

Pero más allá de la formalidad y el brillo protocolar, esta iniciativa refleja un movimiento estratégico de China para afianzar su influencia económica en Chile, un país que se ha convertido en un nodo esencial para sus intereses en América Latina.

Perspectivas encontradas: ¿alianza o dependencia?

Desde el gobierno chileno, la exposición fue valorada como una oportunidad para diversificar mercados y atraer inversión extranjera directa. "Este tipo de encuentros nos permiten abrir puertas para la innovación y la integración productiva", señaló un alto funcionario del Ministerio de Economía.

Sin embargo, en círculos empresariales y académicos se advierte una lectura más cautelosa. Algunos expertos alertan sobre el riesgo de una dependencia creciente que podría limitar la autonomía tecnológica y comercial del país. "Chile debe aprovechar, pero con ojos críticos para no replicar modelos extractivistas o de subordinación económica", expresó una investigadora de la Universidad de Chile.

Por su parte, sectores políticos de oposición han cuestionado la falta de una estrategia nacional clara para equilibrar los beneficios y riesgos de esta relación, destacando la necesidad de fortalecer capacidades internas y regulaciones que protejan el interés público.

Impacto regional y social: ¿quién gana y quién pierde?

En las regiones mineras y portuarias, donde la cadena de suministro china tiene mayor impacto, las comunidades han experimentado cambios significativos. Mientras algunos valoran la generación de empleo y mejoras en infraestructura, otros denuncian condiciones laborales precarias y un aumento en la presión ambiental.

Organizaciones sociales han llamado a un diálogo más inclusivo, que integre las voces locales y asegure estándares justos. "No podemos sacrificar el bienestar de nuestras comunidades por acuerdos comerciales que no consideran el desarrollo sostenible", afirmó un dirigente sindical de Antofagasta.

Una relación en construcción con desafíos visibles

A ocho meses de la exposición y el foro, queda claro que la relación Chile-China en materia comercial no es un camino lineal ni exento de tensiones. La apuesta por la integración industrial y la innovación se enfrenta a retos estructurales ligados a la soberanía económica, la equidad social y la sustentabilidad ambiental.

La exposición fue más que un evento: fue un escenario donde convergieron intereses encontrados y expectativas diversas, evidenciando que el futuro de esta alianza dependerá tanto de la voluntad política como de la capacidad ciudadana para exigir transparencia y participación.

En definitiva, la historia que se escribe tras esta tercera exposición no es solo de conexiones logísticas, sino de un país que se debate entre aprovechar oportunidades globales y preservar su autonomía y justicia social. La catarsis está en marcha, y el público observa atento, consciente de que las consecuencias de hoy marcarán el rumbo de mañana.