Israel intensifica su ofensiva terrestre en Gaza: un conflicto que redefine la región

Un avance militar que sacude la Franja

El 2 de abril de 2025, el ministro de Defensa israelí, Israel Katz, anunció la expansión de la ofensiva terrestre en Gaza, con el objetivo de tomar el control de amplias áreas que serán incorporadas a las zonas de seguridad de Israel. Esta decisión marcó un punto de inflexión en un conflicto que, desde octubre de 2023, ha devastado el enclave y alterado profundamente la dinámica regional.

Katz explicó que las tropas se movilizarían para "limpiar áreas de terroristas e infraestructura" y que esta operación busca "derrocar a Hamas y liberar a todos los rehenes". Sin embargo, la realidad sobre el terreno ha sido mucho más compleja y trágica.

Voces en conflicto: entre seguridad y tragedia humanitaria

Desde la perspectiva israelí, la ofensiva es una respuesta necesaria a la amenaza persistente de Hamas, considerado un grupo terrorista por Israel y varios países. El ministro Katz y sectores del gobierno insisten en que la expansión militar es la "única manera de detener la guerra" y proteger a la población israelí, especialmente en un contexto donde miles de rehenes israelíes permanecen cautivos.

En contraste, las organizaciones humanitarias y voces palestinas denuncian una catástrofe humanitaria. Más del 90% de los 2,3 millones de habitantes de Gaza han sido desplazados, y cientos han muerto en ataques aéreos y terrestres. La destrucción de infraestructuras civiles, incluidos refugios como clínicas de la ONU, ha sido documentada y condenada por organismos internacionales.

El Foro de Familiares de Rehenes israelíes expresó su horror ante la ampliación militar, argumentando que esta solo prolonga el conflicto y pone en riesgo la vida de sus seres queridos. Mientras tanto, miles de palestinos han protestado contra la guerra y contra Hamas, a quienes acusan de poner en peligro a su propia población.

El drama de los periodistas en Gaza: una guerra bajo la lupa de la muerte

Un estudio de la Universidad de Brown reveló que la guerra en Gaza ha cobrado la vida de más periodistas que cualquier otro conflicto desde el siglo XIX. Desde octubre de 2023, la cifra de periodistas asesinados supera la suma de los muertos en guerras emblemáticas como la Civil estadounidense, las dos guerras mundiales y Vietnam.

Este dato refleja no solo la peligrosidad extrema para los reporteros locales, quienes son mayoría entre las víctimas, sino también la crisis global en la cobertura de conflictos, marcada por la reducción de corresponsales extranjeros y la despriorización de la información internacional.

Diplomacia en pausa y consecuencias a largo plazo

Pese a los esfuerzos diplomáticos de Egipto y Qatar para reactivar un alto al fuego, las negociaciones han sido interrumpidas por la escalada militar y la desconfianza mutua. La propuesta egipcia para liberar rehenes a cambio de una tregua fue aceptada por Hamas pero recibió una contrapropuesta israelí que no ha logrado avanzar.

La expansión israelí en Gaza ha llevado a la ocupación de cerca del 17% del territorio del enclave, con un impacto irreversible en la vida de sus habitantes y en la estabilidad regional.

Conclusiones y desafíos para el futuro

Este episodio pone en evidencia una tragedia que se despliega en múltiples frentes: militar, humanitario y mediático. La ofensiva israelí, aunque justificada por sus promotores como una cuestión de seguridad nacional, ha exacerbado el sufrimiento civil y ha complicado las posibilidades de una solución negociada.

La muerte masiva de periodistas no solo limita la transparencia del conflicto, sino que también reduce la capacidad global para comprender y responder a esta crisis con mayor efectividad.

Finalmente, la multiplicidad de voces –desde el gobierno israelí, la sociedad palestina, organizaciones internacionales y familias de rehenes– revela un escenario donde la disonancia cognitiva es inevitable, pero necesaria para entender la complejidad de un conflicto que sigue sin visos claros de resolución.

En este escenario, la comunidad internacional enfrenta el desafío de equilibrar la legítima seguridad con la protección de derechos humanos y la búsqueda de una paz duradera en una de las regiones más volátiles del mundo.