
En abril de 2025, el entonces expresidente Donald Trump anunció un arancel global mínimo del 10%, con tasas adicionales que alcanzaban hasta un 34% para China y un 20% para la Unión Europea. La medida buscaba proteger la economía estadounidense y fomentar la producción local, bajo la premisa de un "crecimiento nunca visto" que, según Trump, llegarían "antes de lo que se cree".El 2 de abril de 2025, Trump formalizó la imposición de estos aranceles en una ceremonia en la Casa Blanca, apuntando a que las empresas deberían fabricar en EE.UU. para evitar gravámenes.
Desde entonces, la política ha generado una serie de reacciones y consecuencias que, con la perspectiva de ocho meses, permiten un análisis más profundo y matizado.
Desde la óptica estadounidense, sectores industriales ligados a manufactura y producción nacional reportaron una recuperación moderada, aunque no exenta de desafíos. Expertos en economía del Instituto Brookings señalan que "el crecimiento ha sido desigual, beneficiando a ciertos sectores mientras otros enfrentan costos más altos y menor competitividad".
En Chile, la imposición del arancel del 10% generó inquietud en exportadores y en el gobierno, que debió ajustar estrategias comerciales para mitigar efectos adversos. El Ministerio de Comercio chileno declaró en julio que "si bien el impacto directo fue contenido, la medida ha tensionado relaciones bilaterales y afectado flujos de inversión".
Desde la Unión Europea y China, la respuesta incluyó la implementación de contramedidas arancelarias, que complicaron aún más el escenario para empresas exportadoras en América Latina y el Pacífico. Estas tensiones comerciales han sido analizadas como un nuevo capítulo en la rivalidad económica global.
En Estados Unidos, trabajadores de la industria manufacturera expresaron alivio por la recuperación de empleos, aunque con reservas sobre la sustentabilidad del modelo. Por otro lado, consumidores enfrentaron precios más altos en productos importados, lo que generó críticas desde sectores sociales.
En Chile, cámaras empresariales manifestaron preocupación por la volatilidad generada y la necesidad de diversificar mercados y cadenas de valor para no depender exclusivamente del mercado estadounidense.
A la fecha, se puede concluir que el arancel global del 10% impulsado por Trump representó un intento significativo de reconfigurar las cadenas productivas y comerciales internacionales, con resultados mixtos. Si bien algunos sectores industriales estadounidenses han mostrado recuperación, el aumento de costos y las represalias comerciales han generado incertidumbre en mercados globales.
Para Chile, el episodio reafirma la vulnerabilidad de economías pequeñas frente a decisiones unilaterales de potencias económicas y la urgencia de fortalecer acuerdos multilaterales y diversificar socios comerciales.
Finalmente, esta experiencia deja una enseñanza clara: las políticas proteccionistas, aunque atractivas en discurso, tienen efectos complejos y contradictorios que requieren análisis riguroso y diálogo internacional para evitar escaladas perjudiciales.
Este balance invita a una reflexión crítica sobre el equilibrio entre soberanía económica y cooperación global en un mundo interdependiente.
2025-11-12
2025-11-12