La Cámara restablece el feriado bancario del 31 de diciembre: un retroceso necesario o un privilegio anacrónico?
El 1 de diciembre de 2025, la Cámara de Diputados aprobó con una contundente mayoría de 103 votos a favor y una abstención la ley que restablece el feriado bancario del 31 de diciembre, eliminado en 2023 en el marco de la Ley Fintech. Este gesto legislativo, impulsado por una coalición transversal que incluye a senadores socialistas, demócratas cristianos y del PPD, y con el respaldo decidido del Ejecutivo, busca corregir lo que muchos califican como un error técnico de la tramitación anterior.
El proyecto, que fue aprobado en la Comisión de Hacienda por unanimidad, establece que los bancos no atenderán presencialmente al público el 31 de diciembre ni los sábados, salvo autorización especial. Sin embargo, aclara que estos días no se consideran feriados legales para efectos generales, excepto en materias específicas como el pago y protesto de letras de cambio.
Desde la tribuna, representantes de los trabajadores bancarios celebraron la noticia, entendiendo que el restablecimiento del feriado es un reconocimiento a una tradición laboral que, según ellos, 'aseguró por años la continuidad y solidez operativa del sistema'. Para estos actores, la eliminación previa 'aumentó innecesariamente los costos operacionales y rompió un equilibrio funcional', afectando tanto a empleados como a la calidad del servicio.
Pero no todos comparten esta visión. Desde sectores empresariales y algunos analistas económicos, la medida es vista como un paso atrás en la modernización y flexibilización del sector financiero. Argumentan que 'mantener cerradas las sucursales en una fecha clave limita la competitividad y la respuesta a las necesidades ciudadanas en un mundo cada vez más digital'. Además, cuestionan si la tradición debe primar sobre la eficiencia y la adaptación a nuevas formas de trabajo.
Regionalmente, la medida tiene impactos dispares. En zonas donde la banca presencial sigue siendo fundamental para el acceso a servicios financieros, la restauración del feriado es bienvenida y vista como un respiro para trabajadores que enfrentan jornadas intensas. En cambio, en grandes centros urbanos, donde la digitalización avanza con fuerza, el feriado es percibido como una medida simbólica que poco cambia la experiencia del usuario.
En el plano político, la unanimidad en la votación es notable y refleja un consenso poco frecuente en temas laborales y económicos. Los autores del proyecto, entre ellos los senadores Fidel Espinoza, Gastón Saavedra, Ximena Rincón, Matías Walker y Ricardo Lagos Weber, coincidieron en que la eliminación del feriado fue un accidente legislativo y que su reversión es un acto de justicia para los trabajadores bancarios.
Sin embargo, esta tragedia legislativa también revela la complejidad de las reformas en sectores estratégicos y la dificultad para anticipar efectos colaterales en leyes técnicas. La rapidez con que se le dio urgencia al trámite para que la ley entrara en vigencia antes del 31 de diciembre pone en evidencia la presión política y social que generó la eliminación del feriado.
En definitiva, la restauración del feriado bancario del 31 de diciembre es más que una simple corrección normativa. Es un reflejo de tensiones entre tradición y modernidad, entre derechos laborales y demandas de eficiencia, entre la voz de los trabajadores y las exigencias del mercado. El Congreso ha decidido poner un freno temporal al avance sin pausa de la flexibilización laboral en el sector financiero, y la sociedad chilena queda invitada a observar las consecuencias de este equilibrio precario.
Queda por ver si esta medida será el último acto de un ciclo o el inicio de un debate más profundo sobre el futuro del trabajo en un Chile que avanza hacia la digitalización sin dejar atrás a quienes sostienen sus tradiciones y derechos.
Fuentes: Diario Financiero, declaraciones de senadores autores del proyecto, testimonios de sindicatos bancarios, análisis de expertos en economía laboral y documentos oficiales del Congreso.