
A menos de dos semanas de la segunda vuelta presidencial, el Partido de la Gente (PDG), que sorprendió con un 19,4% en la primera vuelta, enfrenta una fractura interna que pone en jaque su influencia en el balotaje del 14 de diciembre. El domingo 30 de noviembre se dieron a conocer los resultados de una consulta interna organizada por los presidentes regionales del partido, en la que sus adherentes debían elegir entre apoyar a José Antonio Kast, a Jeannette Jara o votar nulo/blanco.
El 78% de los participantes optó por la alternativa nulo o blanco, mientras que Kast solo obtuvo un 20% y Jara un magro 2%. Rodrigo Vattuone, presidente del PDG, calificó el proceso como “un acto democrático dirigido por los presidentes regionales” y afirmó que “el resultado es contundente”, aunque evitó transparentar el número total de votos y detalles del procedimiento.
Este resultado no es menor. Por un lado, refleja la distancia que mantienen las bases del PDG con los candidatos que disputan la presidencia, incluso con Kast, quien en la primera vuelta se mostró cercano al electorado de derecha. Por otro, evidencia una crisis de representación y liderazgo que podría debilitar la capacidad del partido para influir en el resultado final.
Desde el oficialismo, la baja adhesión a Jara se interpreta como un llamado a replantear estrategias de acercamiento hacia sectores independientes y descontentos. Mientras tanto, en la derecha, el apoyo parcial a Kast no asegura una transferencia automática de votos, pues la opción nulo mantiene un peso significativo.
En regiones, donde el PDG logró mayor arraigo, la consulta se vivió como un ejercicio de autonomía frente a las directrices nacionales, mostrando un partido fragmentado y con voces discordantes. Algunos dirigentes regionales han expresado preocupación por la falta de claridad estratégica y el riesgo de perder capital político en un momento crucial.
Analistas políticos advierten que esta decisión puede tener consecuencias en la gobernabilidad futura. Un PDG desmarcado de los grandes bloques podría actuar como un actor impredecible en el Congreso, dificultando acuerdos y potenciando la volatilidad política.
En definitiva, la consulta del PDG pone en escena una tensión entre la búsqueda de identidad y la presión por posicionarse en un escenario polarizado. La apuesta por el voto nulo no solo es un rechazo a los candidatos, sino un síntoma de la fragmentación política que atraviesa Chile, donde la desafección y el desencanto encuentran expresión en decisiones que desafían las lógicas tradicionales del voto útil.
A dos semanas del balotaje, el partido de Franco Parisi se enfrenta a su propia encrucijada: ¿será capaz de articular una postura clara o seguirá navegando entre la indiferencia y la dispersión? El tiempo dirá si esta consulta interna fue un acto de madurez democrática o un síntoma de la crisis que amenaza con diluir su relevancia política.
2025-11-29
2025-11-28