Músicos chilenos y la inteligencia artificial: entre la incertidumbre y la apertura al cambio

Músicos chilenos y la inteligencia artificial: entre la incertidumbre y la apertura al cambio
Actualidad
Cultura popular
2025-12-01
Fuentes
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- Más de la mitad de los músicos chilenos ya han experimentado con IA.

- La mayoría reconoce beneficios técnicos, pero teme la pérdida de autenticidad y conflictos legales.

- Se abre un debate sobre regulación y capacitación para enfrentar un futuro incierto.

En el escenario de la música chilena, la irrupción de la inteligencia artificial (IA) ha desatado un verdadero duelo de fuerzas y emociones. Según un estudio publicado en octubre de 2025 por la Sociedad Chilena del Derecho de Autor (SCD) y Chilecreativo, el 58,2% de los músicos locales ha utilizado herramientas de IA, especialmente en labores técnicas como mezcla y masterización. Sin embargo, este avance no ha llegado sin tensiones ni contradicciones profundas.

El estudio, basado en 661 respuestas de profesionales con una trayectoria mayoritariamente superior a 20 años, revela que aunque más de la mitad está dispuesta a capacitarse en estas tecnologías, persiste una sensación clara de incertidumbre y preocupación. El 28,9% menciona el temor como sentimiento predominante, mientras que un 30,7% advierte sobre la posible homogeneización del sonido y la caída de la calidad artística. A su vez, un 29,7% alerta sobre los riesgos éticos y legales que enfrentará el ecosistema musical.

Rodrigo “Don Rorro” Osorio, presidente de la SCD, sintetiza esta tensión: "Existe una especie de velo que hasta hoy recubre parte de la discusión en torno al uso de inteligencia artificial en la música. Algunos músicos rechazan la idea de cruzar ambos conceptos; otros evitan siquiera hablar del tema, y hay quienes ven la IA como el inicio de un nuevo paradigma donde el humano no será el único protagonista".

Este choque de visiones se despliega como un verdadero coliseo donde se enfrentan el temor a la pérdida de la creatividad humana y la aceptación pragmática de la IA como herramienta. Más del 50% de los encuestados sostiene que la música generada por IA carece de profundidad emocional y que su uso en la composición disminuye la autenticidad de la obra. Sin embargo, otro sector reconoce que la IA puede potenciar procesos técnicos y facilitar nuevas formas de creación.

En cuanto a la economía del sector, un 83,6% declara no haber recibido ingresos derivados del uso de IA, lo que evidencia que aún no se traduce en ganancias concretas para la mayoría, pese a la adopción tecnológica. Esta paradoja alimenta además la preocupación por la falta de un marco regulatorio claro que proteja los derechos de autor y evite conflictos legales, una expectativa compartida por el 90% de los participantes.

Mauricio Cifuentes, gerente de Chilecreativo, apunta a otro aspecto clave: "El costo de las suscripciones a herramientas de IA genera una brecha de acceso, sumado a la ausencia de programas formales para aprender a utilizar estos módulos específicos para música". Así, la brecha tecnológica y formativa se convierte en un factor que podría profundizar desigualdades dentro de la comunidad artística.

Desde una mirada comparada, el director ejecutivo de Process, Cristián Heyne, destaca que Chile presenta una mayor adopción y curiosidad frente a la IA que países como España, donde predomina el pesimismo y la sensación de amenaza. Sin embargo, la incertidumbre y el debate ético son universales y aún están lejos de resolverse.

El estudio se presentó en el Primer Congreso sobre Inteligencia Artificial, Derechos y Creación, AutorIA, marcando un hito en una discusión que hasta ahora se basaba más en sensaciones que en datos concretos.

¿Qué se puede concluir de este enfrentamiento? La música chilena está en una encrucijada: la IA no es un enemigo a prohibir, sino una herramienta que ha llegado para quedarse, pero que requiere un diálogo profundo y plural sobre sus límites, oportunidades y riesgos. La comunidad artística demanda marcos legales y éticos claros, acceso equitativo a la tecnología y espacios de formación para no quedar rezagada.

Este duelo entre tradición y modernidad, entre creatividad humana y algoritmos, no tiene un vencedor definido aún. Pero sí deja en evidencia que la música chilena está en plena transformación, enfrentando un desafío que va más allá de la técnica y toca la esencia misma de la creación y el reconocimiento cultural.