
Un operativo con historia y controversias
El 31 de marzo de 2025, Metro de Santiago habilitó 12 estaciones para la vacunación gratuita contra la influenza y el covid-19. Esta iniciativa buscaba facilitar el acceso a grupos objetivos, especialmente a quienes enfrentan dificultades para acudir a centros de salud en horario laboral. La medida se implementó en líneas con alta afluencia, como la 1, 2, 4, 4A y 5.
Sin embargo, a ocho meses de su puesta en marcha, la estrategia revela tanto aciertos como límites evidentes. Desde el punto de vista sanitario, la campaña logró aumentar la cobertura en sectores urbanos y trabajadores activos, un segmento tradicionalmente difícil de alcanzar.
"Buscamos ofrecer alternativas a los usuarios que, por sus horarios o condiciones laborales, no pueden acceder a vacunatorios convencionales", explicó un portavoz de Metro.
Perspectivas encontradas: salud pública vs. críticas sociales
Desde el Ministerio de Salud, la iniciativa fue celebrada como un esfuerzo innovador para descongestionar centros médicos y aumentar la inmunización en la población. Expertos en salud pública destacan que acercar las vacunas a lugares de tránsito masivo es una práctica recomendada internacionalmente para mejorar la cobertura.
Pero no todos comparten esta visión. Organizaciones sociales y académicos advierten que la medida, aunque positiva, es un parche que no aborda las desigualdades estructurales del sistema de salud chileno. "Vacunar en el Metro es útil, pero no reemplaza la necesidad de fortalecer la red primaria y garantizar acceso universal y continuo", señala la académica en políticas públicas, María Fernanda Rojas.
Además, sectores sindicales del Metro han denunciado que la empresa prioriza ingresos alternativos, como el arriendo de estaciones para eventos, en lugar de invertir en mejores condiciones laborales y de salud para sus trabajadores. Esta tensión agrega una capa de complejidad a la iniciativa.
Impacto regional y social: ¿quién queda fuera?
La estrategia, centrada en la capital, deja en un segundo plano a regiones y áreas rurales, donde la cobertura sigue siendo desigual. Las comunidades indígenas y sectores vulnerables enfrentan barreras adicionales para acceder a vacunas, un problema que no se resuelve con operativos urbanos.
En paralelo, episodios como el cierre temporal de estaciones por procedimientos de salud o accidentes laborales han generado interrupciones que afectan la continuidad del servicio y, por ende, la campaña de vacunación.
Verdades y consecuencias: un balance para la reflexión
La vacunación en el Metro de Santiago es una muestra de la creatividad y urgencia en las políticas públicas para mejorar la salud colectiva. Sin embargo, también expone las limitaciones de soluciones parciales frente a un sistema fragmentado y desigual.
Este episodio invita a cuestionar la sostenibilidad y alcance real de iniciativas que, aunque bienintencionadas, no pueden sustituir un compromiso integral con la salud pública. La lección que queda es clara: acercar la vacuna es necesario, pero no suficiente para cerrar brechas históricas.
En definitiva, la historia de la vacunación en el Metro es un espejo de las tensiones sociales, económicas y políticas que atraviesan Chile, donde la salud pública sigue siendo un terreno de disputa entre innovación, demanda ciudadana y desafíos estructurales profundos.
Fuentes: Ministerio de Salud, Metro de Santiago, académicos en políticas públicas, organizaciones sociales y sindicales.
2025-10-08