Migración en la frontera norte: el éxodo silente que desafía la seguridad chilena y peruana

Migración en la frontera norte: el éxodo silente que desafía la seguridad chilena y peruana
Actualidad
Conflictos sociales
2025-12-02
Fuentes
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- Migrantes sortean controles militares y cruzan hacia Perú en medio de tensiones diplomáticas.

- Fuerzas del orden y gobiernos en pugna entre seguridad fronteriza y crisis humanitaria.

- Voces encontradas entre autoridades, migrantes y organizaciones sociales evidencian un conflicto sin resolución clara.

Un éxodo que desborda los muros

A fines de noviembre y comienzos de diciembre de 2025, decenas de migrantes lograron cruzar la frontera desde Chile hacia Perú por el complejo fronterizo Chacalluta, burlando los controles militares desplegados por ambos países. Las imágenes que circularon en redes sociales muestran a grupos que, a pie y en condiciones precarias, sortean alambrados y puestos de control, en una escena que recuerda los episodios migratorios más tensos de la última década.

Este movimiento ocurre en un contexto de militarización creciente en la frontera peruana, una respuesta oficial a la llegada masiva de personas en condición irregular que buscan salir de Chile. El gobernador de la región, Diego Paco Mamani, confirmó que más de 100 migrantes quedaron varados sin acceso a agua ni comida, generando una crisis humanitaria latente.

Entre la seguridad y la humanidad: un choque de prioridades

El gobierno chileno, a través del ministro de Seguridad Pública Luis Cordero, ha activado diálogos diplomáticos con Perú para evitar un agravamiento del conflicto, intentando equilibrar la necesidad de control fronterizo con el respeto a los derechos humanos. Sin embargo, la militarización y los controles estrictos han generado un efecto contraproducente: la migración irregular se ha vuelto más peligrosa y caótica.

Desde el punto de vista peruano, la preocupación se centra en la saturación de sus provincias limítrofes, que enfrentan una presión social y económica sin precedentes. Fuentes oficiales indican que las personas que cruzan son en su mayoría reconducidas a Chile, pero el flujo persistente desafía la capacidad operativa de ambos países.

Voces desde el terreno: migrantes y organizaciones sociales

Migrantes consultados describen una travesía marcada por la incertidumbre y el temor, pero también por la esperanza de encontrar mejores condiciones en Perú o en otros países de la región. “Nos empujan a cruzar de noche, sin garantías, exponiéndonos a peligros que nadie debería enfrentar”, relata una mujer venezolana que prefirió mantener su identidad en reserva.

Organizaciones sociales y de derechos humanos critican la respuesta estatal, calificándola de insuficiente y deshumanizada. Señalan que la militarización no aborda las causas estructurales de la migración, como la pobreza, la violencia y la falta de oportunidades, y que solo profundiza la vulnerabilidad de quienes migran.

Una frontera en disputa: Chile y Perú frente a un desafío común

Este episodio revela una frontera que no solo es una línea geográfica, sino un espacio de tensiones políticas, sociales y humanitarias. Mientras los gobiernos buscan resguardar la seguridad nacional, las personas atrapadas en este limbo padecen las consecuencias de decisiones que aún no logran articular soluciones integrales.

A más de una semana desde los primeros cruces, la situación permanece sin una solución clara: ni el cierre militar ni las políticas migratorias vigentes han logrado frenar el flujo irregular ni garantizar condiciones dignas para los migrantes.

Conclusiones y desafíos visibles

Este episodio confirma que la militarización de fronteras, aunque entendible desde la perspectiva de seguridad, es insuficiente para resolver un fenómeno complejo y multifacético. La persistencia del cruce irregular pone en evidencia la necesidad de un enfoque coordinado, que incluya políticas migratorias justas, cooperación binacional y programas de integración social.

En definitiva, la frontera norte chilena se ha convertido en un escenario donde convergen tragedias humanas, disputas políticas y desafíos estructurales, cuyos efectos no se resolverán con medidas coyunturales. La verdadera pregunta que queda para Chile y Perú es si están dispuestos a enfrentar el problema con la profundidad y humanidad que exige, o si seguirán atrapados en un ciclo de confrontación y emergencia.

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Fuentes consultadas: La Tercera (28/11/2025 y 01/12/2025), declaraciones oficiales del Ministerio de Seguridad Pública de Chile, entrevistas a migrantes y organizaciones sociales en la frontera norte.