
A poco más de un año para que finalice el mandato del Presidente Gabriel Boric, el balance de su Gobierno se presenta como un escenario de contrastes y desafíos aún abiertos. En marzo de 2025, el propio mandatario calificó su gestión como "transformadora", destacando avances como la reforma de pensiones y la reducción del desempleo, mientras admitía que "hay cosas que se podrían hacer mejor".
Desde la perspectiva oficial, el Gobierno logró acuerdos inéditos que beneficiaron a sectores tradicionalmente postergados. "Lo mejor, sin lugar a dudas, es la reforma de pensiones porque logramos un acuerdo que era improbable, en donde todos tuvieron que ceder", afirmó Boric en una entrevista concedida a La Prensa Austral. Esta reforma, que amplió la cobertura y mejoró las jubilaciones, es vista por sus promotores como un triunfo de la política conciliadora en tiempos polarizados.
Sin embargo, la oposición y algunos analistas critican que muchas de las promesas iniciales quedaron en el camino o fueron diluidas por la negociación política. Desde sectores conservadores se acusa al Gobierno de sobreestimar los logros y de no haber enfrentado con eficacia problemas estructurales como la inseguridad ciudadana o la inflación persistente.
En regiones, el impacto del plan de emergencia habitacional y la reactivación económica han generado opiniones divididas. Mientras algunos sectores sociales valoran la mejora en la calidad de vida y la creación de empleo, otros reclaman que las desigualdades persisten y que la sensación de inseguridad no ha disminuido significativamente.
"El Gobierno ha avanzado, pero seguimos viendo que la violencia y la delincuencia afectan a nuestras comunidades de manera cotidiana", señala un dirigente vecinal de la Región de Magallanes, una de las zonas donde se implementaron programas emblemáticos.
El propio Boric reconoció que uno de los mayores obstáculos ha sido el llamado "pesimismo estructural" que dificulta el diálogo y el consenso. "Me cuesta mucho entender la lógica de ver sólo lo negativo de las buenas noticias", afirmó, subrayando la importancia de la confianza como motor para el progreso.
En este contexto, queda en evidencia que el legado del Gobierno que termina será evaluado no sólo por sus resultados tangibles, sino por su capacidad de abrir caminos para futuras administraciones. La continuidad o ruptura de sus políticas dependerá en gran medida de cómo se interpreten y utilicen sus éxitos y fracasos.
El Gobierno Boric deja un saldo de reformas significativas, especialmente en pensiones y empleo, junto a una economía que muestra señales de recuperación. Sin embargo, las críticas en materia de seguridad y la percepción ciudadana sobre desigualdad y pesimismo social persisten. La política chilena se enfrenta ahora a la tarea de consolidar o corregir el rumbo trazado, en un escenario donde las certezas son pocas y las expectativas, altas.
Este análisis invita a mirar más allá de la inmediatez para comprender que la transformación de un país es un proceso complejo, lleno de tensiones y contradicciones, donde el juicio definitivo sólo puede darse con la perspectiva del tiempo.
2025-11-05
2025-11-07
2025-11-12