Estados Unidos planea vender cazas F-35 a Arabia Saudita: un giro que reconfigura el tablero geopolítico en Medio Oriente

Estados Unidos ha dado un paso decisivo que podría alterar el equilibrio de poder en Medio Oriente: la administración Trump confirmó su intención de vender cazas F-35 a Arabia Saudita. El anuncio, realizado el 17 de noviembre de 2025, plantea la posibilidad de que Riad se convierta en el segundo país de la región en contar con esta tecnología bélica avanzada, hasta ahora exclusiva de Israel.

Esta decisión no solo abre un nuevo capítulo en la compleja relación entre Washington y sus aliados en la zona, sino que también desata una serie de tensiones y debates que han ido madurando en las últimas semanas.

Un tablero geopolítico en movimiento

Desde la perspectiva estadounidense, la venta de los F-35 forma parte de una estrategia más amplia para fortalecer la cooperación con Arabia Saudita, que incluye acceso a chips informáticos de última generación, apoyo a una incipiente industria nuclear civil y una declaración conjunta que alinee los intereses de seguridad de ambos países. Anna Kelly, portavoz de la Casa Blanca, afirmó que "los estadounidenses pueden esperar más acuerdos beneficiosos en tecnología, manufactura, minerales críticos y defensa".

Sin embargo, esta maniobra no ha sido bien recibida por todos los actores involucrados. Israel, principal aliado de Estados Unidos en la región, ha manifestado preocupación por la posible erosión de su ventaja militar cualitativa. Bradley Bowman, experto en defensa, advirtió que "no se puede entregar a Arabia Saudita el caza más avanzado de Estados Unidos sin afectar la ventaja militar cualitativa de Israel, que Washington está obligado por ley a mantener".

Voces encontradas y críticas internacionales

La venta también ha generado críticas desde sectores de derechos humanos y organizaciones civiles. La figura del príncipe heredero Mohammed bin Salman, impulsor de esta compra, está marcada por acusaciones de represión interna y violaciones a los derechos fundamentales. Sarah Yager, directora en Washington de Human Rights Watch, sostuvo que "el príncipe intenta reinventarse como estadista global, pero la realidad en su país es represión masiva, un récord de ejecuciones y tolerancia cero a la disidencia". Esto pone en tensión la legitimidad política del acuerdo y cuestiona la coherencia ética de la política exterior estadounidense.

Un Congreso dividido y un veto presidencial en juego

El proceso formal de venta requiere la notificación al Congreso de Estados Unidos, que podría bloquear la operación mediante una resolución de desaprobación. No obstante, el veto presidencial podría neutralizar tal medida, generando un escenario de disputa política interna que refleja la complejidad del tema.

Consecuencias y certezas

A casi dos semanas del anuncio, se confirma que la venta de cazas F-35 a Arabia Saudita es mucho más que un simple negocio armamentístico: es un movimiento estratégico con implicancias profundas para la seguridad regional, las relaciones diplomáticas y la dinámica de poder en Medio Oriente. La potencial normalización de relaciones entre Arabia Saudita e Israel, el equilibrio de fuerzas frente a Irán y la influencia de China como socio comercial de Riad son factores que se entrelazan en esta trama.

Por ahora, la comunidad internacional observa con cautela, mientras que Estados Unidos y Arabia Saudita avanzan en negociaciones que podrían redefinir alianzas y tensiones en una región históricamente volátil.

Esta historia, que combina intereses estratégicos, dilemas éticos y rivalidades ancestrales, seguirá desarrollándose en los próximos meses, desafiando a sus protagonistas y manteniendo al mundo expectante.