Aumento del 10% en agresiones a personal de salud en Puerto Montt: un síntoma de la tensión social que crece sin freno

Aumento del 10% en agresiones a personal de salud en Puerto Montt: un síntoma de la tensión social que crece sin freno
Actualidad
Conflictos sociales
2025-12-02
Fuentes
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- Incremento sostenido de agresiones contra trabajadores de salud.

- Demandas políticas por mayor protección y recursos.

- Impacto directo en la salud mental y funcionamiento del sistema público.

Puerto Montt ha visto cómo, en el transcurso de 2025, la violencia contra quienes cuidan la salud pública se ha intensificado, revelando una herida profunda en la relación entre comunidad y servicios esenciales. Un aumento del 10% en agresiones a personal de salud municipal, que afecta a 41 trabajadores y en casi un 20% de los casos incluye violencia física directa, no es solo una cifra, sino un reflejo de la tensión social que se ha ido acumulando en esta ciudad del sur chileno.

“Lamentablemente nuestra comunidad, nuestros vecinos, con quienes estamos trabajando juntos todo el tiempo, ahora responden con violencia”, denuncia Danae Maldonado, presidenta de Afusam Puerto Montt, que representa a los funcionarios afectados. La violencia no solo hiere cuerpos, sino que golpea la salud mental de quienes deben atender a una población cada vez más demandante y estresada.

En este escenario, la autoridad local, representada por el alcalde Rodrigo Wainraihgt, ha hecho un llamado urgente a la ciudadanía y al gobierno central para que se reconozca la gravedad del problema. “Se está tramitando una ley de Seguridad Municipal que entrega atribuciones y facultades a los municipios, pero necesitamos que venga con recursos, porque situaciones como esta no pueden seguir pasando”, afirma, insistiendo en que los funcionarios de seguridad pública deben contar con mayores herramientas, incluyendo el uso de armas no letales, para proteger a sus pares en salud.

Este reclamo no es aislado ni nuevo. Desde el punto de vista político, sectores conservadores han visto en esta escalada un argumento para endurecer las políticas de seguridad y ampliar las facultades municipales, mientras que organizaciones sociales y sindicales llaman a abordar las causas estructurales: la precariedad laboral, la falta de recursos en salud y la desconfianza creciente entre ciudadanos y Estado.

Desde la mirada regional, Puerto Montt se ubica como un microcosmos donde convergen desafíos de seguridad, salud pública y cohesión social que se replican en otras ciudades del país. El aumento de la delincuencia y la saturación de los servicios públicos generan un caldo de cultivo para episodios de violencia que afectan directamente a quienes deberían ser protegidos.

“Esto afecta tanto a la salud mental de nuestros compañeros de trabajo como al normal funcionamiento del sistema, impidiéndonos seguir trabajando en pro de llevar la salud a toda la gente de Puerto Montt”, agrega Maldonado, subrayando que la violencia contra el personal de salud no solo es un problema individual, sino una amenaza para el derecho colectivo a la atención médica.

En términos judiciales, la Municipalidad ha activado una unidad penal municipal, liderada por el exfiscal regional Marcos Emilfork, que ha presentado querellas para proteger a los funcionarios agredidos y buscar sanciones efectivas. Sin embargo, la solución no se limita a la respuesta punitiva: requiere un compromiso integral que incluya prevención, diálogo comunitario y mejoras en las condiciones laborales.

Al cabo de meses de observación y análisis, la conclusión es clara: el aumento de agresiones a personal de salud en Puerto Montt es una señal de alarma que desnuda fallas estructurales en la gestión pública, el tejido social y la convivencia ciudadana. Las respuestas políticas y sociales aún están en disputa, pero la urgencia de proteger a quienes cuidan la salud pública no admite demora.

Este caso nos invita a mirar más allá de la estadística y comprender que cada agresión es una tragedia humana y un síntoma de un sistema en tensión, donde la violencia se convierte en un lenguaje que clama por soluciones profundas y sostenibles.