
En las últimas semanas, la Región Metropolitana ha sido escenario de una serie de operativos policiales que han desarticulado múltiples bandas criminales dedicadas a actividades ilícitas que van desde el robo violento de vehículos hasta el lavado de activos y el microtráfico.
El 26 de octubre de 2025, la Fiscalía y la PDI lograron detener a cuatro adultos y dos menores vinculados a una banda dedicada a "encerronas" y "turbazos" en Cerrillos, tras una investigación que partió con un robo violento el 23 de septiembre. Los imputados, tras su formalización, quedaron con medidas cautelares que incluyen prisión preventiva e internación provisoria para los menores. En los allanamientos se incautaron drogas, armas y especies relacionadas con los delitos.
El subprefecto Agustín Urbina explicó que "las técnicas utilizadas incluyeron análisis de redes sociales, cámaras de seguridad y reconocimiento de víctimas".
Este caso no es aislado. En junio de 2025, la PDI desarticuló una banda armada que operaba en el sector sur de Santiago, vinculada a al menos 10 robos violentos, entre ellos portonazos y encerronas. Uno de sus blancos fue una autoridad del Ministerio Público, víctima del robo de su vehículo y otras especies. La investigación, iniciada en 2024, permitió detener a dos adultos y un menor, incautando perfumes, relojes de alta gama y joyas, evidenciando la sofisticación y violencia de estos grupos.
En paralelo, la lucha contra el narcotráfico ha registrado avances significativos. En abril de 2025, la PDI desarticuló una agrupación criminal que traficaba drogas a través del paso fronterizo Chacalluta, deteniendo a cinco imputados y decomisando más de 8 kilos de ketamina, droga que ingresaban en modalidad de correos humanos.
Asimismo, en marzo, la "Operación Reflejo" permitió desbaratar una red de microtráfico en Tocopilla, con tres detenidos y la incautación de pasta base, dinero y armas de fuego. Este tipo de operaciones evidencian la presencia de estructuras criminales que operan tanto en grandes urbes como en ciudades más pequeñas, afectando directamente la seguridad ciudadana.
Por otro lado, la Región Metropolitana ha sido escenario de golpes al lavado de activos. En abril de 2025, una operación conjunta entre la PDI, el Ministerio Público y el FBI culminó con la detención de 24 chilenos implicados en una red que realizaba "turismo delictual" en Estados Unidos y luego blanqueaba los recursos ilícitos en Chile. Se incautaron armas, vehículos y drogas, y se intervinieron 26 domicilios en la capital.
Estas distintas operaciones reflejan la complejidad y multiplicidad de la criminalidad organizada en la Región Metropolitana, que no solo afecta a sectores específicos, sino que permea diversas esferas sociales y territoriales.
Desde el Ministerio Público, el fiscal regional de Antofagasta, Juan Castro Bekios, señaló que "el tráfico urbano es una de nuestras principales preocupaciones porque afecta directamente a los vecindarios, exponiéndolos a incivilidades y delitos".
No obstante, la respuesta institucional también revela tensiones y desafíos. La presencia de menores de edad en bandas criminales, la sofisticación en el uso de tecnología para evadir a la justicia, y la conexión transnacional de algunas redes, como en el caso del lavado de activos y el tráfico de armas, complican la labor policial y judicial.
Desde una perspectiva social, estas desarticulaciones generan alivio momentáneo, pero también ponen en evidencia la persistencia de condiciones estructurales que facilitan la proliferación delictual: desigualdad, falta de oportunidades, y deficiencias en políticas públicas de prevención y reinserción.
Los operativos recientes han sido el resultado de investigaciones prolongadas, coordinación interinstitucional y denuncias ciudadanas, lo que muestra un avance en la capacidad estatal para enfrentar estas amenazas.
Sin embargo, los expertos advierten que la criminalidad organizada es un fenómeno dinámico, que se adapta y reconfigura. Por ello, se requiere no solo represión, sino también un enfoque integral que incluya desarrollo social, educación y participación comunitaria.
En suma, la reciente ola de desarticulaciones en la Región Metropolitana revela un escenario de combate frontal entre el Estado y las redes criminales, con episodios que van desde la violencia extrema hasta sofisticados esquemas financieros ilegales. Como señala el subprefecto Urbina, "cada operativo es una batalla ganada, pero la guerra contra el crimen organizado continúa".
Este conjunto de hechos confirma que la seguridad pública en Chile sigue siendo un desafío central, que exige respuestas complejas y multidimensionales, y que la ciudadanía debe mantenerse vigilante y crítica frente a las narrativas simplistas sobre la delincuencia.
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Fuentes: La Tercera, Cooperativa.cl, Fiscalía de Chile, Infobae, declaraciones oficiales de PDI y Ministerio Público.