Revelaciones sobre la injerencia estadounidense en Chile: Espionaje, manipulación y sus ecos en la política actual

La sombra de la inteligencia estadounidense sobre Chile no es nueva, pero las recientes revelaciones y desclasificaciones han permitido comprender con mayor profundidad la magnitud y continuidad de esta influencia.

Entre mayo de 1971 y febrero de 1973, la CIA y el FBI ejecutaron la denominada "Operación WUDOOR", una acción encubierta para instalar dispositivos de escucha en la Embajada de Chile en Washington, con el fin de monitorear al gobierno de Salvador Allende. Según documentos desclasificados, esta operación incluyó allanamientos para instalar o reemplazar equipos, y fue autorizada por el fiscal general John Mitchell tras la negativa inicial del FBI a participar.

Peter Kornbluh, analista del Archivo de Seguridad Nacional, señala que "estos documentos son los más impactantes hallados hasta ahora en los papeles de JFK, mostrando cómo la CIA se extralimitó en sus funciones, especialmente contra Chile".

Pero esta no es la única pieza del rompecabezas. El proyecto Camelot, revelado en un libro de Dauno Tótoro, expone cómo en la década de 1960 Estados Unidos seleccionó a Chile como un laboratorio social para experimentar técnicas de control y manipulación de movimientos sociales y políticos. Disfrazado de investigación académica, el proyecto buscaba medir y predecir causas de insurgencias para controlarlas.

La socióloga María Emilia Tijoux explica que "Camelot es el antecesor de los algoritmos de control actuales, una forma temprana de manipulación social".

Estas revelaciones históricas se entrelazan con episodios más recientes que muestran la persistencia de la injerencia extranjera en la política chilena. En 2024, la Fiscalía descubrió que un empresario chino, Emilio Yang, cercano a la diputada Karol Cariola (PC), tuvo un rol activo y poco transparente en una gira oficial de diputados a China, coordinando aspectos logísticos y participando en reuniones oficiales, a pesar de no ser parlamentario.

Yang fue descrito en chats oficiales como "nuestro querido amigo Emilio", y su participación generó cuestionamientos sobre la influencia extranjera en decisiones públicas.

Por otro lado, en el plano político interno, las revelaciones sobre espionaje telefónico a exasesores del presidente Boric y las críticas de la oposición evidencian un clima de desconfianza y polarización, donde la memoria histórica de intervenciones externas se utiliza para alimentar narrativas políticas contemporáneas.

Perspectivas encontradas

- Desde la izquierda, se enfatiza la necesidad de transparencia y control sobre la influencia extranjera, denunciando la persistencia de prácticas de espionaje y manipulación.

- La derecha utiliza estos episodios para cuestionar la gestión actual y exigir responsabilidades, señalando una supuesta falta de control del Ejecutivo sobre sus propios equipos.

- En el mundo académico y social, se debate sobre la importancia de entender estos hechos en su contexto histórico y su impacto en la soberanía y democracia chilena.

Balance y consecuencias

Estas revelaciones no solo reafirman que Chile fue y sigue siendo un escenario clave para operaciones de inteligencia y estrategias de poder extranjeras, sino que también muestran cómo estas prácticas han evolucionado y se han adaptado a los tiempos modernos, desde intervenciones directas hasta influencias más sutiles y encubiertas.

La documentación histórica y las investigaciones actuales coinciden en que la injerencia estadounidense en Chile fue sistemática, con un enfoque estratégico en moldear el escenario político y social para sus propios intereses.

Esta realidad plantea preguntas esenciales sobre la autonomía nacional, la transparencia en la política y la necesidad de fortalecer mecanismos democráticos que protejan a Chile de influencias externas indebidas.

En definitiva, el recorrido desde las "Joyas de la Familia" de la CIA hasta los empresarios extranjeros en giras oficiales revela un hilo conductor: la constante tensión entre la soberanía chilena y las fuerzas externas que buscan incidir en su destino político y social, un desafío que el país aún debe enfrentar con claridad y determinación.