Crecimiento económico chileno sorprende con un 2,2% en octubre: La paradoja de un avance sin impulso sostenible

Chile crece, pero no despega. El Indicador Mensual de Actividad Económica (Imacec) de octubre de 2025 registró un avance del 2,2% anual, ligeramente por encima de lo anticipado por los analistas y el Banco Central. Esta cifra, celebrada por algunos como un signo de estabilidad, esconde una compleja trama de contradicciones que revelan un país estancado en un ciclo de crecimiento tibio y desigual.

El motor detrás de este repunte es claro: los sectores de servicios y comercio mostraron un desempeño destacado, mientras que minería e industria permanecieron rezagados. Esta dinámica no es nueva y confirma un patrón que se ha mantenido durante los últimos años, donde la economía chilena avanza, pero sin lograr un impulso expansivo que transforme su estructura productiva.

“Chile se mueve cerca de su tendencia, pero lejos de un ciclo verdaderamente expansivo,” analizan expertos del Ministerio de Hacienda, que proyectan un crecimiento anual cercano al 2,5% para 2025, cifra que, aunque positiva, se ubica entre las más bajas desde el retorno a la democracia.

Contrastes y voces enfrentadas

Desde la mirada empresarial, el repunte en inversión en maquinaria, equipos y obras de ingeniería vinculadas a energía y minería es una luz al final del túnel. “Estas cifras pueden ser el anticipo de un cambio de ánimo en el sector privado,” señalan representantes de la CPC, aunque advierten que la sostenibilidad de este crecimiento dependerá de la estabilidad política y regulatoria.

En el mundo político, las reacciones son disímiles. La oposición cuestiona la falta de audacia del gobierno para impulsar reformas estructurales que incentiven la productividad y la inversión a largo plazo, mientras que el oficialismo destaca la resiliencia económica en un contexto global complicado.

“El desafío no es solo crecer, sino hacerlo de manera inclusiva y sostenible, con foco en la productividad y el bienestar,” afirmó un miembro del equipo económico del gobierno.

Desde la sociedad civil, expertos en desarrollo económico y académicos insisten en que el crecimiento actual no se traduce en mejoras reales para los trabajadores ni en un aumento significativo de los salarios. “La economía chilena está atrapada en un círculo vicioso: crece, pero no se transforma,” advierten en la Universidad de Chile.

El desafío de las expectativas y la inversión

La clave para romper esta inercia reside en la confianza. La inversión, motor del crecimiento futuro, depende de que las empresas perciban un entorno estable, predecible y propicio para recuperar lo invertido. Sin embargo, la incertidumbre política, las tensiones sociales y la falta de reformas claras generan un clima de cautela.

Los candidatos presidenciales para 2026 enfrentan así un desafío crucial: presentar propuestas audaces y realistas que puedan atraer inversión y reactivar el dinamismo perdido. La economía chilena, a pesar de su fortaleza relativa, no puede permitirse más años de crecimiento tibio y desigual.

Constataciones finales

Este crecimiento del 2,2% en octubre es un dato alentador en el corto plazo, pero no puede ocultar las limitaciones estructurales que enfrenta Chile: baja productividad, inversión insuficiente y desigualdad persistente. La economía se mantiene en un patrón de avance lento, donde los servicios y el comercio tiran del carro, mientras sectores tradicionales como la minería y la industria no logran despegar.

El futuro económico del país dependerá de la capacidad de sus líderes para transformar estas cifras en políticas concretas que generen un ciclo expansivo robusto, inclusivo y sostenible. Sin esta transformación, el crecimiento seguirá siendo un espejismo que no se traduce en mejoras tangibles para la mayoría de los chilenos.

Fuentes consultadas incluyen reportes del Banco Central, análisis del Ministerio de Hacienda, declaraciones empresariales, y estudios académicos recientes.