
Un aire que asfixia y divide
En marzo de 2025, el Informe Mundial sobre Calidad del Aire de IQAir reveló que seis ciudades chilenas —Coyhaique, Pitrufquén, Nacimiento, Victoria, Osorno y Padre Las Casas— están entre las quince más contaminadas de América Latina. Esta realidad no solo desnuda un problema ambiental, sino que expone una profunda tensión social y política que se reaviva cada invierno, cuando la contaminación se dispara.
El principal responsable de esta crisis es la quema de leña para calefacción, que representa entre el 95% y 98% de las emisiones en esos meses. Pero detrás de esta cifra hay una maraña de factores: la geografía que encierra estas ciudades como ollas a presión, la pobreza energética que obliga a recurrir a opciones más económicas pero contaminantes, y un arraigo cultural difícil de desmontar.
Perspectivas en pugna
Para los expertos, como Nicolás Huneeus del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2), el diagnóstico es claro: 'Mientras no sepamos controlar las masas de aire, la única salida es reducir las emisiones'. Propone mejorar la aislación térmica y cambiar tecnologías de calefacción, aunque reconoce que en el sur del país, donde los cortes eléctricos son frecuentes, la transición a la electricidad es compleja.
Desde las comunidades, la situación es dramática. Vecinos de Coyhaique y Osorno denuncian que durante el invierno la contaminación alcanza niveles que afectan la salud, especialmente de niños y adultos mayores. 'El aire parece humo negro que entra en la casa, y los médicos ven más casos de enfermedades respiratorias', relata una representante vecinal.
En contraste, algunos sectores políticos y económicos cuestionan la velocidad y el alcance de las medidas restrictivas, argumentando que la dependencia de la leña es también una cuestión económica que no se puede resolver solo con prohibiciones o recomendaciones.
El rol del Estado y la política ambiental
Las autoridades han implementado restricciones en la circulación de vehículos y llamados a evitar actividades físicas en exteriores durante episodios críticos. Sin embargo, la efectividad de estas medidas ha quedado en entredicho, dado que la contaminación persiste e incluso empeora en años recientes.
El debate se extiende a la asignación presupuestaria para programas de recambio de calefactores y mejoras en viviendas, que, aunque existen, no han logrado una cobertura suficiente ni una reducción significativa en las emisiones.
Contexto regional y global
Chile no está solo en esta lucha. Países como India y Pakistán enfrentan problemas similares con combustibles contaminantes y sistemas de transporte obsoletos. En Medio Oriente, el polvo agrava la calidad del aire. Sin embargo, el caso chileno destaca por su combinación particular de factores geográficos, sociales y culturales.
Conclusiones y desafíos a futuro
La contaminación del aire en estas seis ciudades chilenas es un problema complejo, arraigado en la pobreza energética, la geografía y tradiciones culturales. Las soluciones técnicas existen, pero su implementación choca con realidades económicas y sociales difíciles de sortear.
El desafío es mayúsculo: reducir las emisiones sin dejar atrás a las comunidades más vulnerables, equilibrar salud pública y economía local, y repensar un modelo energético que hasta ahora ha privilegiado la leña como fuente accesible.
Este episodio es un llamado a la acción con perspectiva amplia, que no solo mire el presente inmediato, sino que integre el contexto histórico, las voces diversas y las consecuencias visibles que ya están marcando la vida de miles de chilenos.
Solo así, con una mirada crítica y plural, se podrá aspirar a un aire más limpio y a un país más justo.
2025-11-08