La visión de futuro de Boric en la Asamblea del BID: un llamado a la continuidad en tiempos de alternancia

El desafío de gobernar más allá de los mandatos

El 28 de marzo de 2025, el Presidente Gabriel Boric participó en la Asamblea de Gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), en un evento que reunió a líderes y expertos de toda América Latina. En su discurso inaugural, Boric planteó una reflexión que, a estas alturas del año, cobra mayor relevancia: la necesidad de pensar en el largo plazo y cuidar las instituciones, incluso en un país acostumbrado a la alternancia política constante.

"Los grandes proyectos toman más de un período presidencial y, en tiempos de constante alternancia, es clave pensar en el largo plazo y cuidar nuestras instituciones", afirmó el mandatario, marcando el tono de un debate que no solo involucra a su gobierno, sino que interpela a toda la clase política chilena.

Perspectivas enfrentadas sobre la continuidad y el cambio

Desde la centroizquierda, la visión de Boric ha sido recibida como un llamado a superar la polarización y evitar que los proyectos estratégicos se descarrilen con cada cambio de mando. La expresidenta Michelle Bachelet y el exministro de Energía de Sebastián Piñera, mencionados por Boric como colaboradores en materia de hidrógeno verde, simbolizan ese esfuerzo por construir consensos transversales.

En contraste, sectores de derecha y algunos actores políticos más críticos advierten que esa continuidad podría convertirse en un freno para la renovación política y la revisión profunda de estructuras ministeriales y políticas públicas. Para ellos, la alternancia es precisamente la oportunidad para corregir errores y adaptar el rumbo.

Un parlamentario de oposición señaló que "pensar en continuidad no puede significar perpetuar modelos que no han dado resultados; la alternancia es la esencia de la democracia y debe permitir cambios profundos".

El impacto regional y la mirada internacional

Chile, como país anfitrión de la Asamblea del BID, ha puesto en el centro la colaboración internacional para enfrentar desafíos comunes, desde el cambio climático hasta la innovación tecnológica. La elección del ministro de Hacienda Mario Marcel como presidente de la asamblea refuerza la imagen de Chile como un actor comprometido con la estabilidad macroeconómica y la integración regional.

La Asamblea se extendió hasta el domingo 30 de marzo, con debates que profundizaron en la necesidad de alianzas estratégicas para proyectos como el hidrógeno verde, energías renovables y desarrollo sostenible.

Voces ciudadanas y sociedad civil

En los días posteriores al evento, organizaciones sociales y expertos en políticas públicas han valorado la apuesta de Boric por la visión de futuro, aunque advierten que esta debe ir acompañada de mecanismos efectivos de participación y transparencia para evitar que la continuidad se traduzca en tecnocracia desconectada de las demandas sociales.

Una representante de una ONG ambiental comentó: "Es positivo que se piense en el largo plazo, pero sin participación ciudadana real, esos proyectos quedan en manos de elites y pierden legitimidad".

Verdades y consecuencias que emergen

A casi nueve meses de la Asamblea del BID, se constata que la apuesta por la continuidad en proyectos estratégicos ha tenido avances concretos, particularmente en el impulso al hidrógeno verde, donde Chile ha consolidado alianzas internacionales y avances tecnológicos.

Sin embargo, la tensión entre la necesidad de estabilidad y el deseo de cambio sigue viva en el debate político nacional. La experiencia demuestra que la alternancia no solo es un mecanismo democrático, sino también un motor de renovación que debe equilibrarse con la planificación a largo plazo.

En definitiva, la intervención de Boric en la Asamblea del BID no fue solo un discurso protocolar, sino un llamado a enfrentar la tragedia cotidiana de la política chilena: la dificultad de construir proyectos duraderos en un escenario de cambios abruptos. El desafío sigue abierto, y la sociedad chilena observa expectante si esta visión de futuro logrará imponerse sobre la fragmentación y la volatilidad que han marcado la última década.