Chile bajo alerta por calor extremo: ¿qué revela este episodio sobre el cambio climático y la gestión pública?
Un calor que no solo abrasa, sino que desnuda las fragilidades del país. Desde el 1 de diciembre de 2025, la Dirección Meteorológica de Chile emitió una alerta por altas temperaturas que han alcanzado hasta 34 °C en las regiones Metropolitana, O’Higgins, Maule y Ñuble. Este fenómeno, impulsado por una dorsal en altura —una masa de alta presión que reduce la nubosidad y aumenta la radiación solar— ha marcado una semana atípica, con jornadas que superan en varios grados los promedios históricos para esta época del año.
El miércoles 3 de diciembre fue el día más caluroso, con temperaturas máximas que oscilaron entre 32 °C y 34 °C en la Región Metropolitana y hasta 33 °C en las regiones del centro-sur. Sin embargo, más allá de las cifras, este evento ha abierto una arena de confrontación entre distintos actores sociales y políticos, que ponen en evidencia las múltiples dimensiones del cambio climático y las respuestas estatales.
La dorsal en altura: un fenómeno que incomoda
Desde el punto de vista científico, expertos coinciden en que la dorsal en altura no es un evento aislado, sino parte de un patrón climático más amplio que se relaciona con el calentamiento global. “Estos episodios de calor extremo se están volviendo más frecuentes y prolongados, afectando la salud pública y la economía local”, advierte María Fernanda Silva, climatóloga de la Universidad de Chile.
Por otro lado, comunidades rurales y urbanas de las regiones afectadas han reportado problemas de suministro eléctrico y estrés térmico, especialmente en sectores vulnerables. “Los niños, adultos mayores y personas con enfermedades crónicas son los más expuestos, y muchas viviendas no cuentan con sistemas adecuados de ventilación o refrigeración”, señala el Dr. Leonardo Ristori, jefe de Urgencias de Clínica INDISA.
Políticas públicas en el centro del debate
El gobierno, a través de la Dirección Meteorológica y el Ministerio de Salud, ha difundido recomendaciones para evitar la exposición solar entre las 11:00 y 17:00 horas, promover la hidratación y el uso de vestimenta ligera. Sin embargo, estas medidas han sido calificadas por organizaciones sociales como insuficientes.
“No basta con consejos individuales cuando el Estado no garantiza acceso universal a agua potable, espacios públicos con sombra o infraestructura adecuada para enfrentar estas olas de calor”, critica Camila Torres, vocera de la ONG Ciudadanía Climática.
En el Congreso, parlamentarios de oposición han cuestionado la falta de un plan integral que articule políticas de adaptación climática con enfoque social. Por su parte, sectores oficialistas defienden las acciones implementadas, argumentando que Chile avanza en la transición energética y en la protección ambiental, aunque reconocen desafíos pendientes.
Impacto regional y social: voces desde el territorio
En la Región del Maule, agricultores enfrentan pérdidas en cultivos sensibles a las temperaturas elevadas, mientras que en la Región Metropolitana, trabajadores informales y habitantes de campamentos denuncian condiciones extremas sin apoyo estatal.
“El calor nos afecta en todos los aspectos: la salud, el trabajo y la calidad de vida. Esperamos que las autoridades tomen medidas concretas y no solo comunicados”, relata Juan Pérez, dirigente vecinal de Puente Alto.
Conclusiones: entre la urgencia y la reflexión
Este episodio de calor extremo, lejos de ser un hecho aislado, representa una manifestación palpable del cambio climático en Chile, con consecuencias que trascienden lo meteorológico para impactar en la salud pública, la economía y la justicia social.
La dorsal en altura y sus efectos han puesto en evidencia la necesidad de políticas públicas más robustas, integrales y con mirada territorial. La tensión entre recomendaciones individuales y demandas colectivas refleja una sociedad que comienza a confrontar la complejidad del calentamiento global en su día a día.
La verdad es que el calor no cede, y con él, la urgencia de repensar cómo el país se prepara y protege a sus ciudadanos frente a un clima que cambia y desafía las estructuras tradicionales. La catarsis está servida: el calor extremo es la tragedia ajena que Chile debe enfrentar con decisión y justicia.