
El robo violento ocurrido el 28 de noviembre en una sucursal de Servipag en Valparaíso no solo dejó cinco detenidos, sino que abrió una ventana hacia las complejidades y fracturas del sistema de seguridad local.
El asalto se produjo en la esquina de Pedro Montt con Rawson, en pleno centro porteño, cuando un grupo de delincuentes disfrazados de guardias de seguridad ingresó al local, intimidando y agrediendo a trabajadores. La acción fue rápida y violenta: una funcionaria recibió un golpe en la cabeza y el vigilante fue atacado con la culata de un arma. La alarma activó una persecución policial que terminó con enfrentamientos a tiros y la captura de los sospechosos en el sector de Cerro Las Cañas.
No obstante, la historia no termina en este violento episodio. Días antes, en una operación conjunta entre el Ministerio Público y Carabineros, se desmanteló una banda dedicada al robo de vehículos, donde ocho de los diez detenidos eran funcionarios policiales, siete en retiro y uno activo. Este grupo utilizaba información privilegiada y recursos institucionales para sustraer piezas y vehículos, lo que ha encendido las alarmas sobre la corrupción en las fuerzas de seguridad.
El fiscal Felipe González detalló que los imputados "utilizaban su cargo para sustraer piezas bajo su custodia tras procedimientos policiales" y que "usaban información de denuncias para cometer ilícitos". La gravedad del caso ha llevado a la baja administrativa de los carabineros involucrados y a una investigación que se extenderá por al menos seis meses.
Desde la perspectiva ciudadana, estos hechos profundizan la desconfianza hacia las instituciones encargadas de la seguridad. Vecinos y comerciantes del centro de Valparaíso han manifestado preocupación creciente por la sensación de inseguridad, que se ve alimentada por la presencia de bandas organizadas y la infiltración de agentes del orden en actividades ilícitas.
La alcaldesa de Valparaíso, en declaraciones previas al asalto a Servipag, destacó la importancia de mantener la ciudad como un espacio seguro y festivo, especialmente en fechas clave como el Año Nuevo, pero reconoció que los desafíos en materia de seguridad son persistentes.
Por su parte, las autoridades policiales han reforzado los operativos y han destacado la colaboración con el Ministerio Público para desarticular redes criminales. Sin embargo, la doble condición de algunos detenidos como agentes de la ley y delincuentes ha generado debates sobre la necesidad de reformas profundas en el sistema policial.
El robo a Servipag y la desarticulación de la banda de carabineros implicados evidencian una realidad compleja: la seguridad en Valparaíso enfrenta un desafío que va más allá del combate al delito común, tocando las fibras de la institucionalidad y la confianza pública.
Actualmente, los cinco detenidos por el asalto a Servipag permanecen en prisión preventiva, a la espera de su formalización el 2 de diciembre, mientras que los implicados en la banda de robo de vehículos serán investigados en un proceso que busca esclarecer responsabilidades penales.
Este conjunto de hechos invita a una reflexión profunda sobre las causas estructurales de la inseguridad en la región, la transparencia y control en las fuerzas de seguridad, y la necesidad de políticas públicas que restablezcan el vínculo de confianza entre la ciudadanía y quienes deben protegerla.
2025-11-13