Maduro solicita amnistía para salir de Venezuela: un pulso entre negociación, exilio y represalias
En un giro inesperado dentro de la crisis venezolana, Nicolás Maduro ha solicitado formalmente una amnistía legal completa para él y su familia, condición sine qua non para abandonar el poder y dejar Venezuela. Esta petición, revelada tras la confirmación de una llamada telefónica entre Maduro y Donald Trump el 21 de noviembre de 2025, ha sido rechazada de plano por la Casa Blanca, cerrando así una puerta clave para una salida negociada del líder chavista.
Este episodio se inscribe en un contexto de escalada de tensiones que ha llevado a Estados Unidos a designar al llamado "Cártel de los Soles" como organización terrorista extranjera, vinculando directamente a Maduro y a su círculo cercano con el narcotráfico y actividades ilícitas. El 24 de noviembre, la administración Trump formalizó esta designación, acompañada por un despliegue militar sin precedentes en la región caribeña, incluyendo el portaaviones USS Gerald R. Ford.
Un pulso entre negociación y condiciones inaceptables
Según fuentes consultadas por Reuters, Maduro se mostró dispuesto a dejar el poder, pero bajo condiciones estrictas: amnistía total para él y su familia, eliminación de sanciones contra más de un centenar de funcionarios de su gobierno, y la suspensión de investigaciones internacionales por crímenes de lesa humanidad en su contra. Además, propuso que la vicepresidenta Delcy Rodríguez asumiera interinamente el gobierno para organizar nuevas elecciones.
“Le dimos a Maduro una oportunidad de partir, le dijimos que puede ir a Rusia o a otro país”, declaró el senador republicano Markwayne Mullin, subrayando la firme postura estadounidense de no permitir que Venezuela siga siendo un "país terrorista" que exporta drogas a EE.UU.
Sin embargo, la negativa de Trump a aceptar la mayoría de las condiciones ha estrechado el margen para una transición pacífica, lo que llevó a la orden de cerrar el espacio aéreo venezolano el 29 de noviembre y a un aumento en la retórica bélica.
La respuesta chavista: resistencia y movilización
En Caracas, el régimen respondió con movilizaciones masivas y llamados a la defensa nacional. Maduro exhortó a la Fuerza Aérea a mantenerse "alerta, lista y dispuesta" para repeler cualquier agresión extranjera, y afirmó que "no hay amenaza ni agresión que atemorice" a Venezuela. El 27 de noviembre, en el marco del 105º aniversario de la Aviación Militar Bolivariana, insistió en la idea de una "república en armas" si fuera necesario.
Estas declaraciones contrastan con la realidad de un país asfixiado por sanciones y un aparato judicial que ha profundizado la represión interna. Casos como el de la doctora Marggie Xiomara Orozco, condenada a 30 años de cárcel por criticar al gobierno en un audio de WhatsApp, ejemplifican la intolerancia del régimen hacia la disidencia. Organismos internacionales como la CIDH han denunciado la falta de independencia judicial y el uso de leyes contra el odio para silenciar voces críticas.
Perspectivas divergentes y actores internacionales
Mientras Estados Unidos endurece su estrategia, potencias como Rusia y China mantienen su respaldo a Maduro. En un gesto simbólico, los presidentes Xi Jinping y Vladimir Putin enviaron felicitaciones por el cumpleaños del mandatario venezolano, reiterando su apoyo y condenando las injerencias externas.
Analistas señalan que esta dinámica refleja un tablero geopolítico donde Venezuela se ha convertido en un peón clave. La posible salida de Maduro, incluso hacia un exilio seguro en Turquía —un país que, según fuentes estadounidenses, podría ofrecer garantías contra la extradición—, implicaría negociaciones complejas que involucran intereses globales y regionales.
Constataciones finales
La solicitud de amnistía por parte de Maduro y la respuesta estadounidense marcan un punto de inflexión en la crisis venezolana. El rechazo a sus condiciones limita las opciones para una transición pacífica y aumenta la probabilidad de una escalada militar o un estancamiento prolongado.
Por otro lado, la represión interna y la criminalización de la disidencia evidencian que, más allá de la disputa internacional, el pueblo venezolano sigue siendo víctima de un régimen que prioriza su supervivencia política a costa de los derechos fundamentales.
Este escenario invita a una reflexión profunda sobre las consecuencias de las políticas de presión externa, el rol de los actores internacionales y la urgente necesidad de mecanismos que permitan una salida negociada con garantías para todos los sectores, evitando así un desenlace trágico que ya parece asomar en el horizonte.
Fuentes: Reuters, BBC News Mundo, La Tercera, BioBioChile, Washington Post.