Inseguridad en Chile: Un país en tensión entre miedo, polarización y búsqueda de soluciones

Inseguridad en Chile: Un país en tensión entre miedo, polarización y búsqueda de soluciones
Actualidad
Conflictos sociales
2025-12-02
Fuentes
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- Persistente sensación de inseguridad que afecta a todos los sectores sociales y económicos.

- Polarización política que refleja y alimenta temores sobre crimen e inmigración.

- Demandas urgentes de reformas y respuestas integrales, desde lo rural hasta lo urbano, con énfasis en género y tecnología.

Chile enfrenta una crisis de inseguridad que ha permeado todos los ámbitos de la sociedad, poniendo a prueba la resiliencia de sus instituciones y la convivencia ciudadana.

Desde 2024, estadísticas y percepciones coinciden en un aumento de la violencia vinculada a organizaciones criminales, con un 63% de la población señalando al crimen y la violencia como sus principales temores, según encuestas de Ipsos. Esta realidad atraviesa las ciudades, el comercio, las zonas rurales y hasta los espacios de movilidad cotidiana.

Un electorado fragmentado y temeroso

Las elecciones presidenciales de noviembre de 2025 evidenciaron la magnitud del problema. El voto obligatorio, implementado por primera vez desde el retorno a la democracia, movilizó a 15,6 millones de ciudadanos, quienes acudieron a las urnas en un clima marcado por la inseguridad y la polarización. La prensa regional destacó un electorado dividido entre una izquierda comunista representada por Jeannette Jara y una ultraderecha encarnada en José Antonio Kast, ambos con discursos que capitalizaron el miedo al crimen y a la inmigración irregular.

“Chile vota entre dos extremos”, señaló el diario boliviano El Deber, reflejando una tensión que no solo es política, sino social y cultural.

Impactos concretos en economía y sociedad

El sector empresarial ha sido uno de los más afectados. Desde grandes industrias suizas que invierten en Quilicura y deben blindar sus instalaciones, hasta las pequeñas y medianas empresas que ven cómo los costos en seguridad se transforman en un nuevo impuesto que amenaza su viabilidad. Según la Cámara Nacional de Comercio, más del 90% de los comercios ha sido víctima de delitos, y cerca del 40% reporta comercio ilegal en sus cercanías.

La gastronomía, antes un símbolo de vida urbana y encuentro, ha sufrido cierres y desplazamientos por el temor a la violencia, mientras que las zonas rurales enfrentan una escalada de delitos que van desde el abigeato hasta homicidios, con un clamor urgente de los gremios agrícolas para que el Estado reconozca y aborde esta realidad con recursos y políticas específicas.

La inseguridad también tiene rostro de mujer

Investigaciones recientes revelan que la percepción de inseguridad afecta de manera desigual según género y nivel socioeconómico. Las mujeres, especialmente en niveles socioeconómicos bajos, modifican sus rutinas para evitar acoso y violencia en el transporte público y en espacios públicos, pagando incluso costos adicionales para protegerse. Esta brecha de género exige que las políticas públicas incorporen un enfoque transversal que atienda estas diferencias y promueva la seguridad con perspectiva de género.

Aeródromos y narcoavionetas: un desafío invisible

Un aspecto menos visible pero crítico es la seguridad aérea. De los más de 300 aeródromos en Chile, solo 17 cuentan con control de seguridad estatal, lo que ha facilitado el uso de “narcoavionetas” para el tráfico de drogas y mercancías ilícitas. Las autoridades aeronáuticas han anunciado medidas para reforzar la seguridad en la red primaria, pero la ausencia de control en la mayoría de los aeródromos secundarios y pequeños sigue siendo un grave riesgo.

Innovación tecnológica y comunidad: respuestas emergentes

Frente a esta compleja realidad, la tecnología ha comenzado a jugar un rol clave. Aplicaciones para alertas comunitarias, sistemas de vigilancia con inteligencia artificial, dispositivos de seguridad doméstica y plataformas para mejorar la respuesta de bomberos y policías son algunas de las herramientas que buscan mitigar los riesgos y fortalecer la prevención.

Sin embargo, expertos y actores sociales coinciden en que la tecnología no reemplaza la necesidad de un compromiso político y social profundo, que incluya reformas institucionales, mayor coordinación intersectorial y un enfoque multidimensional de la seguridad.

Constataciones y consecuencias

La inseguridad en Chile no es un fenómeno aislado ni pasajero. Es un problema estructural que afecta la vida cotidiana, la economía, la política y la confianza ciudadana. La polarización política que alimenta temores y discursos extremos refleja la ansiedad social, pero también dificulta la construcción de consensos para soluciones integrales.

El desafío es mayúsculo: requiere reconocer la heterogeneidad del país —desde lo rural a lo urbano, desde la perspectiva de género hasta la integración tecnológica— y articular políticas públicas que sean capaces de abordar esta complejidad con recursos, inteligencia y voluntad política.

Mientras tanto, la ciudadanía continúa adaptándose a un entorno donde el miedo moldea comportamientos y decisiones, y donde la seguridad se ha convertido en la principal demanda social y política.

Fuentes: La Tercera, El Deber, Cooperativa, CIPER Chile, Diario Financiero, BioBioChile, Fundación Paz Ciudadana, Asociaciones gremiales y expertos en seguridad.