Estados Unidos anuncia ataques terrestres en Venezuela: la escalada que divide opiniones

Un nuevo capítulo en la tensión entre Estados Unidos y Venezuela se ha abierto con la reciente declaración del presidente Donald Trump, quien anunció que próximamente comenzarán ataques terrestres contra organizaciones narcotraficantes en territorio venezolano. El 2 de diciembre de 2025, Trump aseguró en una reunión con su gabinete que "empezaremos con los ataques por tierra" para "acabar con esos hijos de perra", en referencia a los narcotraficantes que, según él, envenenan a cientos de miles de estadounidenses. Esta afirmación no solo representa un giro en la estrategia estadounidense, sino que también reaviva un debate cargado de implicancias legales, políticas y humanitarias.

La cronología de un conflicto con ecos en el Caribe

La escalada comenzó meses atrás con una serie de ataques a supuestas narcolanchas en aguas internacionales del Caribe. El 2 de septiembre, un operativo militar estadounidense atacó embarcaciones vinculadas al narcotráfico, resultando en al menos 11 muertos tras un segundo bombardeo ordenado por el almirante Frank Bradley. Este segundo ataque, que según congresistas de ambos partidos en EE.UU. podría constituir un crimen de guerra, ha sido defendido por el secretario de Defensa, Pete Hegseth, quien se mostró desafiante ante las acusaciones y aseguró que dichas acciones son necesarias para proteger al pueblo estadounidense.

Perspectivas enfrentadas dentro y fuera de Estados Unidos

Desde el ala republicana, el discurso oficial sostiene que estas operaciones son una respuesta legítima y efectiva para frenar el ingreso de drogas al país, con cifras no verificadas que apuntan a una reducción del 91% en la entrada de narcóticos por vía marítima. Sin embargo, críticos de diversas tendencias políticas y organizaciones de derechos humanos denuncian la falta de transparencia, la violación del derecho internacional y el riesgo de una guerra abierta en la región.

En Venezuela, el gobierno de Nicolás Maduro ha condenado las amenazas y las operaciones militares, calificándolas de actos de agresión imperialista que violan la soberanía nacional y exacerban la crisis política y social que atraviesa el país. La comunidad internacional observa con preocupación la posibilidad de una escalada bélica que podría desestabilizar aún más a América Latina.

Voces ciudadanas y académicas: entre la seguridad y la soberanía

En Estados Unidos, sectores sociales divididos debaten entre la urgencia de combatir el narcotráfico y la necesidad de respetar los marcos legales internacionales. Académicos advierten que la estrategia militar podría tener consecuencias contraproducentes, incluyendo un aumento en la violencia y el desplazamiento forzado en la región.

En Chile y otros países latinoamericanos, expertos en relaciones internacionales llaman a la prudencia y al diálogo, destacando que la militarización del combate al narcotráfico puede profundizar las fracturas regionales y afectar la estabilidad democrática.

Constataciones y consecuencias

La decisión de avanzar con ataques terrestres en Venezuela marca un punto de inflexión en la política exterior estadounidense, con un riesgo real de conflicto abierto. La defensa de estas acciones por parte de la Casa Blanca, pese a las acusaciones de crímenes de guerra, evidencia una apuesta por la fuerza sobre el multilateralismo y el respeto a la soberanía.

Este escenario plantea varios retos: la legitimidad de las operaciones militares extraterritoriales, el impacto humanitario en las comunidades venezolanas, y la respuesta de la comunidad internacional ante una posible escalada armada.

En definitiva, la historia que se despliega no es solo un enfrentamiento entre Estados, sino un coliseo donde se cruzan intereses geopolíticos, derechos humanos y la vida cotidiana de miles de personas atrapadas en la tragedia ajena, mientras el mundo observa, expectante y dividido.

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Fuentes: Cooperativa.cl, El País, análisis de expertos en seguridad y derecho internacional.