Estados Unidos anuncia ataques terrestres contra narcotráfico en Venezuela: un giro que agita la región

Estados Unidos anuncia ataques terrestres contra narcotráfico en Venezuela: un giro que agita la región
Internacional
América Latina
2025-12-02
Fuentes
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- Escalada militar: EE.UU. anuncia ataques en tierra contra narcotraficantes en Venezuela.

- Diversidad de voces: desde la Casa Blanca hasta la oposición venezolana y actores regionales.

- Consecuencias inmediatas y a futuro: tensión geopolítica y riesgos para la estabilidad regional.

Un nuevo capítulo en la guerra contra las drogas se abre en América Latina. El 2 de diciembre de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que su administración comenzará "muy pronto" ataques terrestres contra objetivos vinculados al narcotráfico en Venezuela, expandiendo así una ofensiva que hasta ahora se había concentrado en bombardeos marítimos. Esta declaración, hecha durante una reunión de gabinete en la Casa Blanca, no solo marca una escalada significativa en la estrategia estadounidense, sino que también reaviva tensiones geopolíticas en una región ya convulsionada.

El anuncio y su contexto

"Sabemos dónde viven los malos, y vamos a empezar a hacerlo muy pronto", afirmó Trump, dejando entrever que la campaña no se limitará a Venezuela: "Cualquier país que haga eso es susceptible de ser atacado, no sólo Venezuela", advirtió, mencionando explícitamente a Colombia. La ofensiva, bautizada como "Lanza del Sur", ha sido hasta ahora una serie de ataques a embarcaciones sospechosas de transportar drogas hacia EE.UU., con 21 ataques y 82 narcotraficantes muertos desde septiembre, según cifras oficiales del Pentágono.

Sin embargo, informes recientes revelaron que el Pentágono ordenó un segundo ataque en septiembre, luego de que el primero no eliminara a todos los objetivos, una acción que ha generado críticas y la apertura de investigaciones por posibles crímenes de guerra.

Perspectivas contrapuestas

En Washington, el secretario de Defensa Pete Hegseth defendió la operación, calificándola de necesaria para proteger a la población estadounidense: "No hemos hecho sino empezar a atacar barcos del narco y a mandar narcoterroristas al fondo del océano porque han estado envenenando al pueblo estadounidense". Por su parte, la portavoz del Pentágono, Kingsley Wilson, aseguró que existen planes de contingencia ante una eventual huida del presidente venezolano Nicolás Maduro, subrayando la disposición para "hacer lo que sea necesario" en la lucha contra el narcotráfico.

Desde Caracas, la oposición y el gobierno venezolano califican la ofensiva como una agresión directa a la soberanía nacional. Expertos en relaciones internacionales advierten que esta escalada podría desestabilizar aún más la región, poniendo en riesgo la seguridad de países vecinos y aumentando la posibilidad de un conflicto abierto.

Impacto regional y desafíos

La amenaza de ataques en territorio venezolano y en otros países productores de drogas como Colombia abre una caja de Pandora. En un contexto donde la cooperación regional es clave para enfrentar el narcotráfico, la postura unilateral de Washington genera rechazo y preocupación. Además, el riesgo de daños colaterales y de violaciones al derecho internacional es un foco de debate entre juristas y analistas.

Para la sociedad civil y organizaciones de derechos humanos, la campaña militar estadounidense representa un desafío ético y humanitario. Se teme que la intensificación de ataques pueda aumentar la violencia, afectar a comunidades vulnerables y profundizar la crisis humanitaria que ya afecta a Venezuela.

Conclusiones y miradas a futuro

La decisión de EE.UU. de iniciar ataques terrestres contra narcotraficantes en Venezuela y potencialmente en otros países de la región es una jugada que redefine el tablero geopolítico latinoamericano. Este giro revela la persistente tensión entre la seguridad nacional estadounidense y la soberanía regional, en un escenario donde la lucha contra el narcotráfico se entrelaza con intereses políticos y militares.

Las consecuencias de esta escalada aún están por verse, pero es claro que la región enfrenta un nuevo ciclo de confrontación que podría dificultar los esfuerzos multilaterales para la paz y el desarrollo. La pluralidad de voces —desde Washington, Caracas, Bogotá y organizaciones internacionales— refleja un conflicto complejo, donde la seguridad, la legalidad y la estabilidad regional chocan en un escenario cada vez más volátil.

En este contexto, el desafío para la comunidad internacional será equilibrar la legítima lucha contra el narcotráfico con el respeto a los derechos humanos y la soberanía, evitando que la tragedia de unos pocos se convierta en un desastre para muchos.

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Fuentes: La Tercera, Cambio21, The Washington Post, CNN.