Guillermo Ramírez y la derecha chilena: ¿Unidad o fractura tras la elección de 2025?
Un escenario complejo y convulsionado define el presente y futuro inmediato de la derecha chilena, especialmente de la Unión Demócrata Independiente (UDI) y su coalición Chile Vamos. A casi un mes de las elecciones parlamentarias y presidenciales de noviembre de 2025, la figura del presidente de la UDI, Guillermo Ramírez, emerge como un actor central en la disputa por mantener la relevancia y unidad del sector.
El pulso por la unidad y el peso político
Los resultados electorales dejaron a Chile Vamos en una posición debilitada: la coalición sufrió la pérdida de escaños parlamentarios, la disolución de Evópoli por no alcanzar el mínimo legal y la caída de figuras emblemáticas, como la candidatura presidencial de Evelyn Matthei, relegada al quinto lugar. Este escenario alimentó voces críticas, como la del expresidente de Renovación Nacional, Cristián Monckeberg, quien afirmó que "Chile Vamos ya cumplió su ciclo". Sin embargo, Ramírez desestimó tales pronósticos, calificándolos de "exagerados" y reafirmando la vigencia del proyecto político.
Ramírez enfatiza que la lista de José Antonio Kast y aliados republicanos alcanzó un 23% de votos en diputados, superando a la lista tradicional de Chile Vamos con un 21%. Para él, esto indica que la derecha mantiene un bloque sólido, pero reconoce que el Partido Republicano crecerá en representación parlamentaria. Sin embargo, advierte que ese crecimiento no será a costa de la UDI, sino en detrimento de la izquierda.
Tensiones internas y renuncias
Las disputas no se limitan a las urnas. En Osorno, la directiva comunal de la UDI renunció en bloque y se desafiliaron tras discrepancias con Ramírez, especialmente por la bajada de la candidatura de Javier Hernández en último minuto y contradicciones entre la directiva regional y nacional. "La convivencia interna se ha ido deteriorando", admitió Víctor Ruiz, tesorero local, reflejando un malestar que pone en jaque la cohesión del partido en regiones.
En paralelo, el conflicto político también se trasladó a la arena judicial y mediática. La exclusión del candidato Daniel Jadue (PC) de la carrera parlamentaria, tras una presentación legal interpuesta por RN y respaldada por la UDI, generó críticas desde la izquierda, que acusa maniobras para favorecer a Ramírez en el distrito 9. El propio Ramírez defendió la legalidad del procedimiento y rechazó las acusaciones de maniobra política.
Choques con aliados y competidores
Los roces no solo son internos. Johannes Kaiser, candidato presidencial del Partido Nacional Libertario, acusó a Ramírez de "levantar falso testimonio" respecto a su programa económico, en particular sobre la supuesta eliminación del Banco Central. Este episodio refleja las tensiones entre las distintas fuerzas de derecha que buscan capitalizar el descontento con el gobierno de Boric.
El desafío del balotaje y el futuro de la derecha
Con la segunda vuelta presidencial a la vista, Ramírez confirmó el apoyo de la UDI a José Antonio Kast, ofreciendo la colaboración de los equipos programáticos de Matthei para fortalecer la candidatura republicana. Aunque confía en que Matthei pasará a segunda vuelta, también se muestra preparado para apoyar a Kast o Johannes Kaiser si ella no logra avanzar.
"La unidad no es automática, pero la UDI será el puente para que esta unidad se materialice", afirmó Ramírez. Reconoce la necesidad de superar diferencias y evitar disputas por la hegemonía que podrían dilapidar la inédita mayoría parlamentaria que la derecha podría alcanzar.
Constataciones finales
El ciclo electoral de 2025 ha dejado a la derecha chilena en un momento de tensión entre la necesidad de unidad y las fracturas internas evidentes. La UDI, bajo la conducción de Guillermo Ramírez, busca consolidar su liderazgo y evitar que la dispersión del voto y las disputas internas terminen por debilitar el bloque opositor.
El crecimiento del Partido Republicano representa un desafío y una oportunidad para la derecha: un equilibrio de fuerzas que puede facilitar la unidad si se maneja con responsabilidad, o profundizar la división si se convierte en una batalla por la hegemonía.
Finalmente, la maniobra legal que excluyó a Daniel Jadue y la renuncia masiva en Osorno son síntomas de una derecha que debe resolver sus contradicciones internas para no perder terreno frente a la izquierda y mantener su influencia en el próximo gobierno y Congreso.
Este episodio político es, en definitiva, un drama en desarrollo donde los protagonistas se enfrentan en la arena pública y privada, y el público observa atento cómo se define el futuro de la derecha chilena.
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Fuentes: La Tercera, Diario Financiero, BioBioChile, declaraciones públicas de Guillermo Ramírez, entrevistas a líderes políticos y análisis electorales nacionales.