Violencia en Puerto Montt: El asesinato de Alexis Hernández y sus reverberaciones en la seguridad pública
El 7 de noviembre de 2025, en el concurrido sector de la población Kennedy, en Puerto Montt, un joven de 23 años, Alexis Hernández, fue víctima de un brutal ataque que terminó con su vida. Recibió al menos diez puñaladas tras un asalto a plena luz del día en la intersección de Crucero con el puente Petorca, en Avenida Salvador Allende. La violencia desatada no solo terminó con la vida de un vecino, sino que ha sacudido a una ciudad que, como otras en el sur de Chile, enfrenta crecientes desafíos en materia de seguridad pública.
Desde entonces, la reacción institucional no se hizo esperar. El municipio de Puerto Montt presentó una querella por robo con homicidio contra un detenido y un segundo individuo aún no identificado, además de quienes resulten responsables. Este gesto judicial refleja la presión creciente sobre las autoridades locales para responder a la ola de violencia que afecta a la comunidad.
Voces enfrentadas: seguridad, justicia y contexto social
El caso ha abierto un debate intenso en varios frentes. Por un lado, autoridades municipales y regionales insisten en la necesidad de fortalecer la presencia policial y acelerar los procesos judiciales, como señalan en sus declaraciones oficiales y en la querella presentada. "No podemos permitir que la violencia se normalice en nuestras calles", afirmó un representante del municipio.
En contraste, organizaciones sociales y expertos en seguridad pública advierten que la violencia no es un fenómeno aislado ni meramente policial. "Este crimen es el síntoma de problemas estructurales: desigualdad, falta de oportunidades y deficiencias en la prevención social", señala un académico de la Universidad Austral, especialista en criminología.
Además, voces desde la comunidad local expresan una mezcla de miedo, indignación y cansancio. Vecinos relatan que el sector ha visto un aumento en la delincuencia menor, que ahora escala en violencia, erosionando la sensación de seguridad cotidiana.
El contexto regional y nacional
Puerto Montt no es una isla en esta crisis. El sur de Chile ha registrado un aumento sostenido de delitos violentos en los últimos años, en paralelo con tensiones sociales y económicas que se arrastran desde décadas atrás. La respuesta estatal ha sido cuestionada por su foco en medidas represivas sin abordar las causas profundas.
En la esfera política, el caso ha sido utilizado para criticar la gestión de seguridad del gobierno central y de los municipios, evidenciando una fractura entre discursos y realidades en terreno. Diputados de distintas bancadas han solicitado mayor inversión en prevención y reformas al sistema judicial para enfrentar estos casos con mayor eficacia.
Constataciones y consecuencias
A casi un mes del asesinato de Alexis Hernández, queda claro que el episodio es más que un hecho aislado: es un espejo de las tensiones sociales y las falencias en la seguridad pública regional. La querella municipal simboliza un esfuerzo por buscar justicia, pero también pone en evidencia la necesidad urgente de políticas integrales que combinen prevención, justicia efectiva y apoyo social.
La tragedia ha puesto a Puerto Montt en el centro de un debate nacional sobre cómo enfrentar la violencia urbana en ciudades medias y regiones, donde la ausencia de respuestas contundentes puede transformar la inseguridad en un estado crónico.
En definitiva, la historia de Alexis Hernández no solo conmueve por su brutalidad, sino que desafía a la sociedad chilena a mirar más allá del hecho y a entender las raíces profundas que alimentan la violencia. Sin esa mirada, la tragedia corre el riesgo de repetirse, y con ella, la desgarradora sensación de impotencia de quienes sufren en silencio.