
La situación en la frontera de Arica ha alcanzado un punto crítico, evidenciado por un intercambio agudo entre el gobernador de Arica y Parinacota, Diego Paco, y el ministro del Interior, 3lvaro Elizalde. En un reciente comunicado, Paco desmintió las afirmaciones de Elizalde sobre una disminución en los flujos migratorios, señalando que las cifras oficiales no reflejan la realidad de los migrantes irregulares que acampan en la frontera de Chacalluta.
“Ministro, no confunda: sus cifras son de salidas regulares. Los que acamparon en la frontera de Chacalluta son migrantes irregulares. Ellos no hacen fila ni muestran documentos. No están en sus estadísticas”, escribió Paco en su cuenta de X, enfatizando la gravedad de la situación.
Elizalde había afirmado que “no ha habido un aumento en los flujos migratorios en los últimos días”, un comentario que provocó la reacción de Paco, quien subrayó que los migrantes que intentan cruzar la frontera lo hacen en condiciones irregulares, lo que complica aún más la situación en el terreno.
La crisis no solo se limita a las cifras. Según Paco, “hay entre 35 a 40 personas varadas en la frontera con niños”, lo que pone de relieve las condiciones precarias en las que se encuentran muchos migrantes. El gobernador ha instado al Presidente Gabriel Boric a visitar la región y tomar medidas efectivas en terreno, señalando que “es fundamental que el Presidente se haga cargo” de la crisis.
La respuesta del gobierno ha sido criticada por Paco, quien sostiene que las autoridades están “normalizando algo que no debería ser normal”. En este contexto, la falta de una acción decisiva y la percepción de que el gobierno ha “bajado los brazos” han generado un clima de incertidumbre y desconfianza entre los habitantes de la región.
El debate en torno a la crisis migratoria en Arica refleja una tensión creciente entre las autoridades regionales y el gobierno central. Mientras algunos abogan por medidas más estrictas y visibles, otros insisten en que la situación debe ser abordada con una estrategia más integral que contemple tanto la seguridad como el respeto a los derechos humanos de los migrantes.
Esta situación ha despertado diversas opiniones entre los ciudadanos, algunos apoyando la postura de Paco y otros cuestionando la efectividad de su crítica hacia el gobierno. Sin embargo, lo que queda claro es que la crisis migratoria en Arica es un tema que requiere atención urgente y un enfoque colaborativo entre las distintas instituciones del país.