El impacto de los aranceles en la economía chilena: entre oportunidades y tensiones comerciales

Un choque inesperado con réplicas lentas. Desde principios de 2025, la imposición de un arancel del 10% por parte de Estados Unidos sobre una amplia gama de productos chilenos ha tensionado la economía nacional. Aunque el cobre y el litio —pilares de la exportación chilena— quedaron exentos, sectores como la fruta y el vino enfrentaron una nueva realidad. El vino chileno, por ejemplo, se benefició indirectamente de los aranceles de hasta 25% aplicados a sus competidores europeos. Pero esta ganancia relativa no oculta la complejidad del escenario, donde la incertidumbre y la volatilidad se han instalado en mercados y políticas públicas.

Tres miradas en pugna

"La estrategia de diversificación de mercados y la atracción de inversiones en procesamiento local son claves para no depender sólo de materias primas", sostiene Helmut Franken, doctor en Economía de la Universidad Santo Tomás, resaltando un enfoque pragmático desde el mundo académico y empresarial.

En contraste, voces desde la oposición política advierten que "la dependencia de tratados bilaterales y la falta de una política industrial robusta dejan a Chile vulnerable ante cambios externos bruscos". Para algunos sectores sindicales, los aranceles han significado una oportunidad para revalorizar la producción local, aunque alertan sobre el impacto en los precios y el empleo en sectores afectados.

El impacto regional y social

En las regiones productoras de uva y cereza, el golpe fue directo. Sin embargo, la exención de estos productos del arancel general ha permitido amortiguar las pérdidas y abrir nuevas ventanas en mercados emergentes como India y ASEAN. La apuesta por la industrialización, especialmente en el procesamiento de litio para baterías, se presenta como una vía para agregar valor y generar empleo calificado.

Pero no todo es optimismo. Comunidades agrícolas y pequeñas empresas enfrentan barreras logísticas y de financiamiento que limitan su capacidad de adaptación. La fragmentación social y económica en estas zonas refleja la tensión entre quienes ven oportunidades y quienes sufren las consecuencias inmediatas.

Constataciones y desafíos futuros

A seis meses de la implementación de los aranceles, Chile no ha experimentado una crisis económica profunda, pero sí un reajuste en sus cadenas productivas y comerciales. La estrategia de diversificación y la integración de nuevas tecnologías en la exportación son pasos en la dirección correcta, aunque insuficientes para eliminar la vulnerabilidad estructural.

El debate político continúa encendido, con posiciones que van desde la defensa del libre comercio hasta propuestas más proteccionistas y de fortalecimiento del mercado interno. La verdad tangible es que la economía chilena enfrenta una encrucijada que requiere decisiones informadas, visión de largo plazo y un diálogo plural que incluya a todos los actores.

En definitiva, los aranceles han puesto en evidencia las fortalezas y fragilidades de un modelo económico que debe reinventarse para mantener su competitividad y equidad social. El desafío no es sólo económico, sino también político y social, en un escenario global cada vez más incierto y complejo.

---

Fuentes consultadas: Diario Financiero (abril 2025), análisis de expertos en economía internacional, entrevistas a representantes sectoriales y reportes regionales.