La pausa arancelaria de Trump: un respiro tenso para la economía global

La pausa arancelaria de Trump: un respiro tenso para la economía global
Economía
Macroeconomía
2025-11-30
Fuentes
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- Pausa inesperada en una guerra comercial que parecía imparable.

- Tensiones persistentes entre Estados Unidos, China y la Unión Europea.

- Impactos visibles en mercados y cadenas productivas globales.

El anuncio del presidente Donald Trump en abril de 2025 de una pausa de 90 días en sus agresivos aranceles internacionales generó un alivio inmediato en los mercados globales, pero también dejó al descubierto las profundas grietas que esta guerra comercial ha abierto en la economía mundial.

Un conflicto en tres frentes

Desde su inicio, la ofensiva arancelaria de Trump apuntó principalmente a China, pero también afectó a sus vecinos Canadá y México, y a la Unión Europea. El 2 de abril, Trump impuso aranceles de hasta un 125% a las importaciones chinas, provocando represalias inmediatas de Pekín, que respondió con medidas similares. En paralelo, la UE fue golpeada con aranceles al acero, aluminio y automóviles, sectores clave para Alemania y otros países europeos.

Este tira y afloja no solo tensionó las relaciones diplomáticas, sino que también afectó las cadenas de suministro y aumentó la incertidumbre en los mercados financieros. La Reserva Federal y grandes empresas estadounidenses alertaron sobre el riesgo de una recesión.

Perspectivas encontradas

Desde la mirada estadounidense oficial, los aranceles buscaban corregir lo que se percibía como prácticas comerciales injustas y un déficit persistente. "Queremos que Estados Unidos sea muy rico de nuevo", declaraba Trump, enfatizando la necesidad de proteger la industria nacional.

China, por su parte, mantuvo una postura firme, anunciando que "luchará hasta el final" para defender sus intereses, mientras que la Unión Europea calificó los aranceles como "injustificados" y prometió respuestas firmes, incluyendo aranceles a productos estadounidenses como almendras y tabaco.

En la sociedad civil y en el mundo empresarial global, la percepción fue de preocupación. Exportadores y consumidores vieron encarecerse productos, mientras que economistas advirtieron sobre un daño duradero a la cooperación internacional y al comercio libre.

El efecto de la pausa y sus consecuencias

La pausa anunciada por Trump, que redujo los aranceles a un 10% universal y suspendió algunas medidas por 90 días, fue interpretada como un gesto para abrir espacio a negociaciones. Sin embargo, expertos y actores involucrados coinciden en que la tregua es precaria y no resuelve las causas estructurales del conflicto.

En este escenario, la economía global enfrenta un camino incierto: la pausa ha calmado las aguas momentáneamente, pero la desconfianza y la competencia por el liderazgo económico permanecen intactas.

Conclusiones que emergen con el tiempo

A siete meses del anuncio, queda claro que la guerra comercial no solo ha sido una batalla de aranceles, sino un choque de modelos económicos y geopolíticos. La pausa de Trump no ha revertido el daño a la confianza global ni ha estabilizado completamente las cadenas productivas.

Además, la situación ha evidenciado la vulnerabilidad de una economía mundial interconectada ante decisiones unilaterales y la fragilidad de los acuerdos multilaterales.

En definitiva, esta historia pone en escena un coliseo donde Estados Unidos, China y la Unión Europea se enfrentan no solo por cuotas de mercado, sino por la definición del orden económico futuro. El espectador atento debe reconocer que, más allá de la retórica y las cifras, las consecuencias de esta disputa marcarán la década que viene.