Los ríos atmosféricos en Chile: un fenómeno que redefine el clima y desafía la adaptación nacional

Los ríos atmosféricos en Chile: un fenómeno que redefine el clima y desafía la adaptación nacional
Medioambiente
Cambio climático
2025-11-30
Fuentes
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- Fenómeno meteorológico complejo que transporta humedad tropical y provoca lluvias intensas.

- Impacto creciente en Chile central y la Antártica, con riesgos asociados a aluviones y derretimiento de hielo.

- Debate abierto sobre su relación con El Niño y las estrategias de mitigación y adaptación climática.

En los últimos años, Chile ha sido testigo de una transformación silenciosa pero profunda en sus patrones de lluvia, impulsada por un fenómeno que hasta hace poco era poco comprendido: los ríos atmosféricos. Estas "lenguas de aire cálido y húmedo" que se desprenden del trópico y viajan miles de kilómetros, han pasado de ser una curiosidad científica a un actor central en la dinámica climática nacional y antártica.

El 2 de julio de 2023, un evento excepcional en la isla Rey Jorge, en la península Antártica, reveló el poder de estos ríos atmosféricos: lluvias continuas durante 12 horas y temperaturas que alcanzaron los 4ºC, muy por sobre lo habitual para esa época. Este fenómeno, documentado por científicos como Raúl Cordero de la Universidad de Santiago, no solo aceleró el derretimiento superficial del hielo sino que también puso en alerta a la comunidad científica sobre las consecuencias a largo plazo para el nivel del mar y el equilibrio ecológico del continente.

En Chile central, el impacto es igualmente significativo. Según Cordero, aproximadamente el 40% de las precipitaciones en esta zona están vinculadas a estos ríos, que al llegar con temperaturas altas generan lluvias en zonas cordilleranas donde tradicionalmente caía nieve, elevando el riesgo de aluviones. Paula Santibáñez, directora del Observatorio de Cambio Climático de la Universidad San Sebastián, complementa esta visión señalando que entre el 45% y 60% de las precipitaciones anuales en el centro y sur del país provienen de este fenómeno, que interactúa con sistemas montañosos para generar lluvias intensas y localizadas.

Este fenómeno no está exento de controversias y debates. En el ámbito político y social, algunos sectores enfatizan la urgencia de fortalecer la infraestructura y los sistemas de alerta temprana para enfrentar el aumento del riesgo hídrico, especialmente en regiones vulnerables. Otros, en cambio, advierten sobre la necesidad de revisar las políticas de uso del suelo y la planificación urbana para evitar la exposición innecesaria a estos riesgos.

En cuanto a la dimensión científica, la relación entre los ríos atmosféricos y los ciclos climáticos como El Niño sigue siendo una incógnita. Mientras que la probabilidad de estos eventos aumenta durante años con El Niño, su impacto en la Antártica es menos claro, lo que ha motivado la primera campaña científica de invierno en la Base Escudero, con investigadores como Bárbara Alveal y Luis Muñoz desplegando tecnología avanzada para monitorear la estructura vertical de estos ríos.

"Entender mejor el perfil de estos ríos atmosféricos permitirá mejorar los modelos climáticos y anticipar sus consecuencias en zonas sin monitoreo", explica Cordero, destacando la importancia de la instrumentación con lidar y globos sonda para obtener datos inéditos.

Desde la perspectiva regional, la llegada de estos ríos ha sido recibida con preocupación en zonas rurales y cordilleranas, donde la memoria de aluviones devastadores está aún fresca. Las comunidades demandan mayor participación en la toma de decisiones y acceso a información clara y oportuna, mientras que los sectores urbanos enfrentan desafíos en la gestión del agua y la infraestructura.

Finalmente, la evidencia acumulada confirma que los ríos atmosféricos son un componente clave del nuevo escenario climático chileno, con impactos que trascienden lo meteorológico para afectar la economía, la seguridad y la vida cotidiana. Reconocer su papel y comprender su dinámica es indispensable para diseñar políticas públicas efectivas y resilientes.

En suma, los ríos atmosféricos representan un desafío y una oportunidad para Chile: un llamado a la ciencia, la política y la sociedad a dialogar y actuar con la profundidad y el rigor que exige un fenómeno que ya no es un dato lejano, sino una realidad palpable y decisiva.